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Al
Lector
.........
De perenne recordación será en los anales científicos de nuestra
Patria,
el
Primer Congreso Médico Ecuatoriano que se reunió en la
ciudad de Guayaqqil,
el
año de
1915.
La Ilustre M unic1palidad de
ese CantóU"es la que posee la gloria de haber _ llevado
á
feliz término
aquella lid científica que, dando un notable impulso a las letras ecua-
- torianas, inició una éra de progreso y civilización para nuestra Re-
pública.
.,
Todos los profesionales del Ecuador, eh Medicina, Ciencias Físi–
cas y Naturales, recibimos el honro"so llamamiento, y niuchos a él hu–
bimos de · acudir, so pena de hacer-nos culpables de vergonzosa indi–
ferencia por la suerte de nuestr0 querido suelo, de nuestra
r~uerida
Patria. Debíamos manifestar que la .amábamos, y el sabio como sabio
y el mediocre como tál, todos· llevamos nuestro presente para colo–
carlo en aras de la ciencia. Las ofrendas. de los hijos son .siempre
aceptas a
l_os _ojos de la madre que les dio el sér; asilas nuestras,
grandes o pequeñas,
anifestaban t an sólo que su suerte no nos era
indiferente y que gus t oso s c0operábamos a su bienestar, ventura
y
engrandecimiento.
Inspirado por la ioea de lo
¡:
oco que en niafrria de Ciencias Na–
turales se ha escrito
~n
el Ecuador, y de la gran utilidad
l
ue, tanto
racional co,p.10 empíric a1rnmte, se conseguiüa con
el
conoc1pút:nto de
las plantas medic,inal es del ri aís y de sus p-ropiedades curaiti"·
é.IS,me
resolví
?-
escribir sobre tan arduo punto, y
1
fue así, cómo, afr0r,i.ando
una tarea superior a mis fuerzas y ·salvando los no peqtteñ0s obs–
táculos que a mi paso se encontraban-especialmente en lo relativo a
la:
consecución y clasificación de los di"·ersos ejemplares--alcancé a
colectar un número algo mayor de dm:cientas
~esenta
esrecies, cusa
enumeración envié al indicado Congreso.
A muy poco se reducía mi trabajo: En cada especie indicala el
nombre científico, luego
el
vulgar; la zona o clima en que vegeta y las
virtudes medicinales de la planta; en únas, de . I1JOdo seguro, en ótras,
dudosamente. Si había lugar, ·en alguno que otro vegetal, se hadan
observaciones propias del caso.
·
·
Y no podía ser de otro modo: este estudio es algo así como el
esbozo de una obra. Muchos factores requiere para progruar, sien–
do punto menos que imposible
el
que un solo hombre pueda lle-\.-arla a
cabo, por profundos que sean sus conocimientos y por asidua que Ha
su labor. Un Químico provisto de un magnífico gabinete, en que
pueda averiguar la composición de las plantas
y
un número suficien–
te
~e
M €dicos que se dedique a un estudio experimental de los efectos
fis10lógicos y terapéuticos de los vegetaJes, darían como resultado, si
. no la terminacién de la empresa
, puesto que en ella hay rriateria
· rara muchas generaciones, por lo rr.er:os un notable adelanto, con el
consiguiente bene:Ecio a la humanioa·d.
_
Este beneficio haríase extensivo mirado el ¡:unto por el lado co-
.
n:ercid.l. · A la presente importamos, a ingentes precios,
hoja~,
raíces, ·
v1nüas, .cortezas, frutos,
extr~ctos
y otras partes y productos vege–
ta.l:s tnedicinale's, preciEamente los miEmos que pudiéramos, no sólo
utilizarlos nosotros ffisrnos, sino exp_ortarlos, con granees
gan~rn
cias, abriendo así amplios horizontes al comercio nacioñal.