lNTRODU
JÓN
porque envueltos en aquellos re nltados vendrían lo que se
de eaban obtener para nuestro. estudios etno-lingüísticos.
Con el mi ·mo entusiasmo
y
seriedad con que los pangua–
.rani
tas
ordenaban sus razonamientos, lo
impugnadores
les anteponían como crítica fundamental la · precipitacio–
nes <le
la
e. cuela léxica
á
la qn<' l\lfartius pertenecía,
y
agre–
gaban luego los hechos nuevo. que venían
á
rectificar los
re ultado · de los e. tudios del autor referido; materiales en
su totaJidad debidos
á
K . von den Steinen
y
P. Ebremeich
de sus viaje al Xingú, Tocantins,
ragnaJ7a
y
P1uus,
todo lo cual concurrió
á
impliticar los problemas c¡ue al
principio parecieron inabordables y
á
Teducir
á
térnJinos
aproximadamente e-¡actos la difusión del grnpo 'l'upy de
los pTimeros autores,
y
Ja, anulación de otros que no po–
dian per ·istir.
'Irayeudo Ja
·uestión
á,
lo · términos c¡ue más intere–
sará de.·pués que hemos dejado establecida la relación
de dependencia, que ba existido entre los estudios lin–
güístico.· del Bra il central y 01'ieota.l con la región nor–
de.·te de la Arg·entina, lo que importa precisar ahora es
la opinión que el general Mit1·e formó . ohre la g·rnn fami–
lia lingliística recon truída
:r
estudiada en la.· dü;tintas for–
mas que fué conocida por Ancbieta, iVIontoya, Re.·tivo
.r
oo·ueira.
« El idioma guara,ní, en su t riple forma
J~
con sus diver–
so.· dialecto, , se extendía desde el 23
º
de latitud norte hasta
el
3 7v
ele latjtllíl
.·tu
en la parte oriental 1le la América
meridional ;'.\, lo largo de i<us grnnde.· ríos
y
de su litoral
marítimo. 1,.l tiempo del de.·cnhrimiento ¡.;e liahlaba en el