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BIBLIOTECA
IIISPANO-A~lERICANA
[IRRI ARRI
de las virtude que más di tinguieron al P. 1I0za, cumplió la obligación que
se le impus . Llevó el autor consigo á Europa su trabajo y lo hizo imprimir baj o
su dirección en i\1adrid en
1715.
/
Jemás de esta
Vida
escri b¡ó el P. 1r i arri la s del P. Lu is de A ndrade, Ma-
nue l de HerIa
y
del herma n Diego .\1u ñoz en la '
C .?rla de e
i~ficJción
que como
Rector de San Pablo remi ti ó á la mu e rk de aquéllos á los otros col egios de la
Provincia. Quedó también inédito un volúmen en 4.° escrito por Irisarri con el
título de
TTatado del m.érilo ..
Conocemos de las varias
Censuras
que escribió Irisarri la que hizo en Lima
en 14 de Enero de 1713 á un
Sermon de San :N/iguel
pronunciado en ese año
por el P. José de Andía lrarrázabal en el colegio de Santiago de Chile,
y
el que
j unto con las censu ras que en él. reca yeron se pu bl icó en Li ma en ese año, en
un volúmen 4.° del que ocupa 7 páginas la de [l'isarri. Fué también autor de
una
Carta g ratula toria al Provisor
y
Vicario general de los Reyes
aprobando
el paneg írico de Sanlo Toribio pronunciado por el Arzobispo Morcillo el pri–
mer día del Octavario celebrado en la Catedral por la canonización del santo:
Lima, S . Pablo, Julio 6 de I729.-8 págs.,
4.0-Y
de la «Aprobación» de la
I-Jis–
toria de Espaiía vindicad.::z
por Peralta Barnuevo, S. 'Pablo, Marzo
26
de 1730.-
7 págs., folio.
El General de
1\1
e nd iburu en su
Diccionario
considera al P. 1risarri en tre
103 más notables oradores de su tiempo' pero nos da respecto de él muchas me–
nos noticias que la s que ofrecemos en esta biografía. El no haber encontrado la
Carta de
ed~ficación
sue á su fallecimiento escribió el Rector de San Pablo P.
Francisco de Larreta nos ha privado de dar á conocer al P. Irisarri tanto como
hemos deseado hacérlo. Sin embargo, á fin de que se vea la justicia con
q~e
se
le concedió un lugar distinguido entre los hombres eminentes de la Compañía
y
del Perú por el méri to de sus escri tos, copiamos en seguida lo que d ice en el
prólogo de la vida del P. Alloza, exponiendo los motivos que le obligaron á
es–
cribi rIa
y
las fuentes de que pa ra hacerlo se val ió, á que se añade que por refe–
rirse á un escritor mencionado varias veces en esta
'Biblioteca
hacen esas líneas
dei n"terés.
Dice pues Irisan'i: «No me puedo negar á la queja común de nuestra Pro,
vincia que justamente llora el que en cuarenta y siete años que han pasado des –
de el dichoso tránsito del V. P. Juan de Allo::a no hayan quedado mo nume n t0 c.;
de sus heróicas virtudes' pues con pretexto de reducirlas á más cumplida hi st(
ria aún no se escribió después de su muerte la Carta circular que acostumbra
1.
Compañía enviar á los colegios de ]a Prov incia cuando fallece éllguno de sus h -
jos, en que paraconsuelo de la pérdida,
y
para la común edificaCión, se refiere n
sucintamente las principales virtudes del difunto.
«Habiendo, pues, corrido tantus' años, hán faltado para el examen los qu e ,
ó por con tem porá neos
y
cond i3cí pu lo s, ó por padres espi ri tua les de este prod i–
gioso va ró n, deposi ta ba n en Ia memoria lo si ngu Iar de sus ejem plos, especi al–
mente de su niñez y juventud
y
sólo viven los que le conocieron en el dulce
retiro del noviciado, donde pasó veinte y se is años de su vida. Estos testifican
COQ juramento, que el venerable padre Juan de Alloza fué un varón todo end J{)–
sado de altísima contemplación: de ejemplarísima vida en el ejercicio de toda .,
las virtudes, singularmente favorecido de la divina misericordia. reverenciado en