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GUERRA
una parteé de otra divididos, no podré con órden contarlo.
El Adelantado, en este tiempo, conociendo que ya los de
su parte habian pasado el rio, arremetió con los sesenta de á
caballo
é
más gen'te á ganar la puente; .la noche era
tris~e
y
escura, más en semejantes tiempos no baiTáñniñguna ·dificul–
tad para que les fuerce á no hacer su voluntad. Gomez de
Tordoya, .qy.e vido el ruido que ·babia en Ja puente
á
la otra
pa1·te donde
esta.hael ·Adelantado, mandó tocar·una pequeña
campana que allí por señal tenía, llamando á ·todos que se
recogiesen; los que estaban con Luis Valera, muchos de
.ellos se pasaron á los de Chile, é lo mesmo hacían los que es–
taban con Juan Perez de Guevai·a: un caballero que se
0
decia
D. Pedro de Luna, queriendo defenderse de los de 'Chile, fué
muerto, ·é dicen
q.uefué con una pelota de arcabuz soltada
por los del río. El
terno~
era mucho en los de Alvarado; é no
. tenian · nenguna
ó.rde~; lo~
·qué
esfabañ
corC el Adelantado
· pasarán
á
ia ·otra parte nadando por el agua,
é
otros
á
ca–
ballo, é un español se ahogó llevándolo el río con su furia.
Alonso de Alvarado, haciendo cuerpo de gente de los que
pudo recoger, poniendo las espaldas hácia los· fuertes ci–
mientos de la puente, en ·el angostura que entre uno y otro
había, hacia rostro ·á los enemigos con sus picas é ballestas.
Orgoñez ya venia adonde estaban Alvarado é Tordoya, ape–
llidand.o el nom
del
Rey~
é
de Almagro; los de Al varado
tambien deciaa «Viva el Rey y Pizarro». Rodrigo
Org~ñez,
á
grandes voces
deci~~é:llús,
ca alleros., daos
á
pri~ion,
é
)
. no deis lugar que ensangrentemos nuestras lanzas en vos–
o.tros»;
é
á to?o esto era de
noc~e,
que por el apellido sola–
mente se conocían. Los de Chile traían tales ganas, que ya
habi;n rendido-á muchos de los de Al varado; llegando· Ro-
drigo Orgoñez, uno de los contrarios le dió con una
pi~dra
un golpe en la boca que malamente lo hirió,
é
á
~u-tierrez Malª-Y,er le hirieron ·con una saeta. Orgoñez, no em–
bargan te que de la herida le salia mucha sangre, arremetió
para los enemigos,
y
empuñando su espada en Ja mano se metió
entre ellos, dici"endo
á
grandes voces
á
los suyos que los rin-