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424

GUERRA

la causa de la guerl'é}._

nda.

E

Diego de Al varado, pidiendo

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testimonios, procuró de irse á Los Reyes, adonde el Go–

bernador envió á mandar lo detuviesen, recelándose que le

baria su ida á España daño; mas, aunque mucho lo procuró,

Diego de Alvarado se dió tal !Jlaña que se embarcó en el

puerto del Callao <le Lima é salió del Perú para España. El

Gobernador D. Francisco Pizarro se mostraba en este tiempo

muy gracioso

~

ros gue habian seguido su partido'

é

los de

Chile procuraban derramarse por las provincias de la tierra,

conociendo cuán enojosos eran en la presencia del Goberna–

dor Pizarro, el cual, á muchos de los que vinieron con sus

hermanos

á

dar la batalla al Adelantado dió ricos reparti–

mientos, teniendo en más lo que en aquella guerra se babia

'hecho que lo que habian padecido

é

trabajado en las conquis–

tas é descubrimientos.

El rey Mango Inga Yupangui, habiéndose retirado á las

espesuras de los Andes con los orejones

é

capitanes viejos que

habian tratado la guerra con los españoles,

é

como no se ho–

biese fundado la ciudad de San Juan de la Vitoria de Gua–

manga, é los contratantes de Los Reyes é de otras partes iban

con sus mercaderías al Cuzco, salian á ellos, é despues de

les haber robado su hacienda los mataban, llevando vivos

á

algunos si les parecía, é hechas las cabalgadas se volvían á

~,

principal asiento, é á los cristianos que llevaban vivos,

en presencia de sus mujeres les daban grandes tormentos,

vengando en ellos su injuria como si su fortuna pudiera set·

mayor, é los mandaban empalar metiéndoles por las partes in–

feriores agudas estacas que les salían por las bocas ;

é

causó

tanto miedo saber estas nuevas, que muchos que tenían ne–

gocios privados

é

áun que tocaban á la gobern acion no osaban

il' al Cuzco, si no fuesen acompañados y bien armados. De to–

dos estos trabajos estoviera libre el reino si el demonio no ho–

biera metido tanta cizaña entre los Gobernadores , pues para

sus contiendas

é

debates locos, sin virtud ni fundamento, jun–

taron la cantidad de españoles que hemos dicho, que pudieran

con sus esfuerzos superar

á

toda esta anchura de tierra que