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DE LAS SALINAS.

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355

Alonso de Toro, dijo: «Agora, Toro, os vereis harto de mis

carnes». Las bocas de las calles estaban tomadas

é

la pÍaza

segura,

é

como se divulgó que querian matar al Adelantado

fué grandísimo el seqtimiento que demostraron los de Chile;

los indios lloraban todos, diciendo que Almagro era buen ca–

pitan,

y

de quien siempre recibieron buen tratamiento.

É

ya que hobo hecho su testamento, Hernando Pizarro

mandó darle garrote dentro en el cubo, porque no se atrevió

á

sacarle fuera,

é

así se hizo;

é

despues que le hobieron

muerto l{}.- sacaron en un repostero, con voz de pregonero

que iba diciendo: «Esta es la justicia que manda hacer S. M.,

y

Hernando Pizarro en su nombre,

á

este hombre por alboro–

tador ele estos reinos, é porque entró en la ciudad del Cuzco

con banderas tendidas, é se hizo recibir por fuerza, 'pren–

diendo

á

las justicias,

é

porque

fué

á

la puente de Abancay

é

<lió batalla al capitan Alonso de Alvarado,

é

lo prendió

á

él

é

á

los otros, é había hecho delitos

é

dado muertes». Por las

cuales cosas y otras, daban en el pregon á entender ser digno

de muerte. El virtuoso caballero Diego de Al varado, no así

ligeramente podemos decir las lamentaciones que hacia en

este tiempo, llamando de tirano á Hernando Pizarro,

é

di–

ciendo que por haberle él dado la vida daba la muerte al

Adelantado;

é

llegado al rollo, le cortaron. la cabeza al pié

dél, é luégo llevaron el cuerpo del mal afortunado Adelan–

tado á las casas de Hernan Ponce de Leon, adonde le amor–

tajaron.

Hernando Pizarro salió, cubierta la cabeza con un gran

sombrero,

y

todos los capitanes

é

más principales salieron á

acompañar el cuerpo generoso

1

é

con mucha honra

fué

lle–

vado al monasterio de Nuestra Señora de la Merced, adonde

están sus huesos. Mu1·ió de sesenta

y

tres años; era de pé-

1

queño cue1·po, de feo rostro

é

de mucho ánimo, gran traba-

jador, liberal, aunque con jactancia de gran presuncion sacu- \

dia con la lengua algunas veces sin refrenarse; era avisado,

l

y,

sobre todo, muy temeroso del Rey. Fué gran parte para ..

~·~

que estos _reinos se descubriesen , segun que más cl aramente