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DE LAS SALINAS.

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fi anza que lo llevase. Y tu égo que esto pasó, Hernando Piza rro

dijo al Gobernador que debía de tornar

á

enviar

á

requerir

con la provision al Adelantado D. Diego de Almagro, el Go–

bernador mandó llama rá un caballero principal que habia por

nombre Eugenio de Moscoso, é

á

un escribano llamado Mor–

cillo,

á

los cuales é á un letrado manpó que fuesen al valle de

Zangall a ,

y

que requiriesen al Adelantado D. Diego de Alma–

gro. que obedeciese la provision que S. M. habia proveido so–

bre los términos,

y

se saliese de todo lo conquistado é por él

poblado, donde no, que le protestaba los da ños

y

muertes que

se podrian recrecer.

El Adelantado

é

sus aliados, como vie1 on que se comen–

zaba

á

tratar en requeri mien tos, tuvieron por gran cautela lo

pasado,

y

que en lo presente les con venia mirar por sí;

y

tomando Almagro su parecer con el licenciado Prado,

y

con

otros algunos, respondió

á

los que de parte del Gobernador

Pizarra le vinieron

á

notificar las provisiones, que él estaba

presto de obedecer

y

cumplir la provision como S. M. lo man·

daba,

y

que en cumplimiento de ello él no pasaria del lugar

adonde la provi ion le tomaba, lo cual hiciese el Gobernado r

Pizarro, 6 así se lo requeria

á

ellos, pues con su poder habian

venido

á

le requerir·

á

él. Los mensajeros se volvieron

á

Chin–

cha,

y

el Adelantado estaba muy congojado en ver que le

hahian quebrantado lo asentado

é

ordenado

é

por todos ju–

rado ;

é

llamando

á

Orgoñez,

y

Diego é Gomez de Alvarado,

D. ~biliortesía,

D. Alonso Enr;iquez,

á

Juan de Sayave–

dra, Vasco de G evara, D. Alon_o de Montemayor, Diego

Nuñez de Mercado, Juan de Guzman

y

otros algunos, tractó

é

comunicó con ellos lo que presumía que haria Hernando

Pizarro, porque algunos amigos suyos tenian escrito desde

Chincha la voluntad dañada que tenía,

é

cómo creían cierta-.

mente que vendria con todo el poder del Gobernador contra

él,

y

que le habia pesado por haberle pueslo en libertad . Y

viendo que ya no tenía remedio lo hecho, despues de haber

t nido muchas pláticas, enlre todo se determinó que Diego

d h·arnrl , con alguno de

á

caballo, fue e á la ciudad del