CAPÍTULO XXX.
Cómo el provincial 8obadilla
y
el Fator volm:eron á la ciudad
de
Los Reyes
,
é
de cómo el Gobernador, habiendo visto la intencion
.
del Adelantado tJor los té-rminos
'ae
los autos
que
traian, nombró
él asimismo al provincfol BobadiUa por juez.
Pasadas estas cosas como se han rela tado, Almagro dijo al
provincial Bobadilla, que pues él había querido dejar un ne–
gocio tan importante en sus manos, le rogaba que, sin ser
parte nenguna a9cion ni otro efeto, se muestre. tan recto
é
amigo de la.verdad
é
justicia, que S. M., de que sepa lo que
ha hecho, se tenga por tan servido que lo apruebe
é
confirme.
El Provincial respondió, que conociendo el. deseo q_ue el
mesmo
Ad~lantado
tenía de que las cosas viniesen
á
buen fin
é no hobiese alborotos, era obligado con todas sus fu erzás de
s~plicar
á
Dios le diese tal gracia, que por su
~anó'
pudiera
poner tal remedio, que sirviéndose todos tu.viesen paz;
é
que
oo habría allcion ni otro nengun interese para que él, si to–
mase Ja averiguacion del negocio
á
cargo, bastase
á
hacerle
torcer de la verdad en un punto. El Adelantado se holgó éle
verlo con tal oluntad, é luégo mandó que se apareja en para
volver
á
la ciudad de Los Reye él é el Fator,
é
les rogó que
die en concia ion
y
efeto en el negocio;
é
que para
má?
jus–
tificacion suya é conve'ncimiento del Gobernador, él aprobaba
é
tenia por bueno el nombramiento de lo terceros D. Alonso
Eoriquez de Guzman
y
el alcalde Diego ,uñez, para que jun–
tamente con Diego de Alvarado,
é
otro tercero nombrado por