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que de la otra parte del rio, andadas quince jornadas
é
pa–
sada una gran montaña que habia' se allegaba
á
una tierra
llana, adonde decian estar un gran lago, á las riberas del cual
afirmaban que estaba un orejon del linaje de los Ingas, lla–
mado Ancollao,
é
que, sin este Señor, babia otros muy gran- .
des
é
ricos:
é
con esta fama, como los españoles sean tan co–
diciosos
é
deseosos de ver nuevas tierras , llevaban muy
gran deseo de pasar adelante para ver si era cierto lo que de–
cian ó no.
É
como la barca se hizo, pasaron en ella todos los
caballos y españoles de la otra parte del rio,
é
probaron por
muchas partes atravesar las montañas y sierras tan grandes
que había por delante,
é,
aunque mucho lo probaron, no
podian ni hallaban camino ni manera cómo pasar. Pregun–
taban á los indios por dónde habian de irá aquella tierra que
decian; respondían que ellos no lo sabian,
é
que 1 que les
habían · dicho que lo oyeron á sus pasaoos, de manera que
nenguno queria decir saber camino. Es aquella tierra de
M0-
yobamba malsana
é
que en ella llueve lo más del año,
é
Hena
de grandes bascosidades, de grandes sierras,
é
de montañas,
muchos ríos grandes
é
pequeños; y como Hernando de Al va–
rado procurase por tantas partes de pasar adelante de la no–
ticia que llevaba
é
no pudiese, estaban los españoles muy
fatigados
é
cansados, é determinaron de volver al río
é
tor–
nallo
á
pasar,
é
seguir algun camino por él arriba para ver si
podian topar con alguno que les llevase.
É
vueltos al río, le
tornaron
á
pasar por la misma barca,
é
nunca pudieron ha–
llar camino nenguno para pasar
ad~lante.
Hernando de Alva–
rado tuvo determinacion de poblar allí en aquellas provincias,
é
á
algunos españoles les parecía bien,
é
otros, por los dichos
de un fraile de la Merced llamado fray Gonzalo, no quisieron
quedar allí poblados ni de otra manera. Tanta ha sido la sol–
tura y exencion de los frailes en esta tierra, que
á
los ejérci–
tos Reales revuelven,
y
nenguna revuelta ni revolucion ha
habido en este reino que frailes no hayan sido parte princi–
pal en ello , y en todas las congregaciones
é
consultas quie–
ren ser más parte que los mismos capitanes: lo cual se ha de