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GUERRA
aullidos é clamores, volvier'on las espaldas
y
comenzaron
de huir. Los cristianos los siguieron por lo llano hasta que los
metieron por la aspereza de la sierra, é muy alegres se vol–
vieron
á
su real.
La nueva de esta guerra que estos indios daban
á
Gonzalo
Pizarro presto fué
á
Hernando Pizarro,
y
con mucha presteza
se partió
y
en pocos di as llegó adonde estaba ; é, como tam–
bien fuese esta nueva á la ciudad del Cuzco, el Gobernador
D. Francisco Pizarro mandó apercibir pocos ménos de cua–
renta españoles, é nombrado por capitan
á
D. Martin de Guz–
man, natural de la ciudad de Sevilla, le mandó que con toda
la más presteza que pudiese fuese
á
socorrer
á
su hermano;
el cual con gran voluntad se ofreció
á
lo hacer, é con los que
con él habian de ir se partió luégo del Cuzco é allegó en pocos
clias donde estaba Gonzalo Pizarro. Juntos todos estos capita–
nes
y
españoles, Hernando Pizarro, con parecer de todos
ellos, determinó de enviar ciertos vecinos que allí estaban
á
la ciudad del Cuzco para que diesen aviso al Gobernador cómo
Gonzalo Pizarrn, su hermano, quedaba bueno
y
babia habido
gran victoria de los indios.
É
luégo se partieron estos que
habian de ir
y
allegaron al Cuzco; é como el Gobernador supo
lo que pasaba recibió mucha alegría en saber de la salud de
Gonzalo Pizarro, porque grandemente le queria bien. Her–
nando Pizarro, como desease tanto la ida
á
España, acordó de
irse al Cuzco, habiendo primero atraído de paz
á
un seño.r
principal de aquellas provincias;
y,
dejando por caudillo é
principal capitan al mesmo Gonzalo Pizarro, se volvió al Cuzco,
y
los españoles se fueron al valle de Andamarca, adonde el
señor de Consora les vino de paz, y los españoles le recibie–
ron alegremente diciendo que ellos sabían dar guerra é sus–
tentar paz:
y
ansí andaban conquistando las provincias de las
Charcas
y
Collao. Y, como eran tan grandes, algunos cristianos
decían que allí se podría poblar una ciudad, otros decían que
para qué eran aquellos indios é qué fruto se podría de ellos
sacar; é así mostraban tener en poco la mayor grandeza é ri–
queza que en muchos tiempos se ha visto, ni áun leemos que