Table of Contents Table of Contents
Previous Page  434 / 484 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 434 / 484 Next Page
Page Background

422

GURllllA

CAPÍTULO LXXXVII.

De cómo se hacian

muy

grandes maldudes en aquellos tiempos en

el Perú,

é

se cometian 9randes pecados,

é

la justicia con todo

disimulaúa ,

é lo

que pasó el noble caballero Diego de Alvarado

con el Gobernador D. Francisco Pizarra.

Muclios yerros se lian corñetiao en este ,:eino por los espa–

ñoles,

y

cierto yo holgara no escribirlos por ser mi nacion, los

cuales, sin mirar los beneficios que han recibido de Dios nues·

tro Señor, que fué servido que ellos

y

no otras gentes ganasen

t'an grandes reinos

é

provincias como son estas Indias, sin te–

mor suyo los acometieron; y aunque claramente hemos visto

su justicia

é

castigo que da á los malos, porque tomen ejemplo

los buenos

é

se sepa en lo futuro lo que pasó, yo seré escritor

verdadero

é

daré noticia de todo ello.

É

lo que agora quiero

contar es, qtie luégo que la batalla de las Salinas

fué

vencida,

sin temor de Dios ni del Rey, se derramaron muchos de los

que habían sido de la parte de los Pizarras por !as provincias

de Conde.suyo é Chinchasuyo,

é

robaban á los indios todo lo

que podían,

é

las 0•1ejas que tenían escondidas por miedo de

los ladrones, les daban tormento apretándol es con corc:leles

hasta <¡ue se las daban en su poder,

é

sacatido grao·des ma–

nadas las llevaban á vender

á

la ciudad de Los Reyes

é

las

daban casi de balde;

é

los malaventurados de los indio-s,

yendo á pedir justicia é favor al Marqués, diciéndoles que

mentían los echaba de sí,

y

andaban los pobres de cerro en

cerro quejándose de los malos tratamientos que les hacían .