DE LAS SALINAS.
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CAPÍTULO LXXXI.
De las cosas que más pasaron en la ciudad de Cali,
e
de cómo
Vadi'llo salió de ella para se ir
á
la costa del Perú ,
e
de cómo
Lorenzo de Aldana volvió
á
Popayan y envió
á
de cubrir un
camino que iba á salir al valle de Timaná ,
e
á Francisco
Hernandez envi'ó con cartas al Gobernador D. Francisco
P.izarro.
Antes que entrase el licenciado Juan de Vadillo en Ca!i,
estando ocho leguas de el la en un pueblo que ha por nombre
Meacanoa, le hurtaron de dentro de su tienda un lio de oro
que valdría dos mil é seiscientos pesos, que era de compaña
y
se babia de repartir entre todos los que vinieron; é algunos
creyeron que el mesmo licenciado Vadillo de industria lo ha–
bía
~andado
esconder
y
echar fama que lo habían hurtado,
lo cual era falsedad, porque ciertamente de su mesma tienda
lo tomaron como decimos. Visto por Vadil_lo cómo el oro no
había parecido, ése trataba que él lo tenía, pesábale,
é
afir–
maba que un Baltasar de Ledesma, hombre mañoso
é
que
fué
dotado de gracias excelentes
é
·abundó de vicios mu y feos, lo
tenía é lo habia tomado, é así pareció ello despues ser verdad;
-y
esturo preso el Ledesma é sobre ello le diero n tormento,
é
pareció el oro ése repartió entre los que quedaron en Cali , é
á
mí me cupo de parte cinco pesos
y
medio : porque vea n que
tal
fué
el premio de descubrimiento tan trabajoso como aqu el.
É
al cabo de algunos dias , como el licenciado Vadillo
viese que ·babia salido de Cartagena con armad a tan pujante