Tll:! LAS SALINAS.
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ricas piezas de oro. No se halló ningun género <le comida en
este pueblo;
é
visto por los cristianos no tener ningun remedio
para pasar adelante, se mataron catorce caballos, los cuales
se comieron sin quedar ninguna cosa, hasta los miembros de
ellos, que hartas ollas eran menester para cocerlos segun son
de duros: con la carne de éstos pasaron adelante. IlaLíanse
muerto hasta aquel dia de hambre
y
de enfermedad cien to
é
cuarenta
é
tres españoles
é
más de cuatro mil ind ios
é
indias,
é
habíanse muerto
é
comido doscientos
é
veinte caballos, que
habían costado todos los más á quini entos
é
seiscientos pe os.
De aquí en tres jornadas allegar¿n al pueblo por do nde pri–
mero habían entrado, llamado Ayavire, adonde hall aron
á
Gaspar Rodríguez de Camporedondo, hermano de Peranzures,
que venia en su socorro con setenta españoles é mucha co–
mida, con la cual se restauraron, que segun venian fatigados
bien lo habían menester;
é
salieron tan desfi gu rad os
é
desco–
loridos que aína no se conocieran. Y dejaremos de hablar de
ellos por agora.