186
GU!lRll.A
recrecido é resultado, le mandase castigar. Francisco de Cha–
ves, é Diego de Agüero
é
otros, decían que no debia de pren–
derle, porque sería cosa clara, que no se podria encubrir, la
pasion,
é
que quedarian por fementidos. El ca pitan Alonso de
Al varado tambien decía, que si tenía determinacion de pren–
der al Adelantado, no era cosa que convenía á
s~s
honras ni al
sér que tenian· de hijosdalgo jurar lo que despues se había de
quebrantar. De esto todo medió la relacion el obispo que agora
es de Quito, que siempre andaba con Pizarra, é Alonso de Al–
varado é Lorenzo de Aldana, y de la parte de. Almagro, el
contador Juan de Guzman
y
el fator Mercado, y otros muchos
así de los Almagras como de los Pizarras, aunque todo está
escrito en autos donde yo lo saqué. Y sobre esto, es público
que determinaron de prender á Almagro, aunque yo creo el
Gobernador no lo mandó, puesto que
á
los vecinos de Lima
dijo que se aparejasen; é habiéndole notificado Pedro Cas–
tañeda, escribano, los mandamientos del provincial Bobadilla,
queriendo fingir que los cumplía á la letra, mandó á un An–
tonio de Oliva, escribano, que le diese por testimonio cómo
él salia de la ciudad de Los Reyes ahorradamente, sin llevar
más de doce de á caballo en su acompañamiento; é así, man–
dando ante sí llamar á los capitanes Alonso de Alvarado,
Gonzalo Pizarro, Francisco de Chaves, Diego de Urbina, Pe–
dro de Castro
y
Pedro de Vergara, les tornó á mandar lo que
primero les babia dicho, é con los que aquí nombraré salió
de la ciudad de Los Reyes en diez dias del mes de Noviem–
bre del año ya dicho. Salieron con él doce de
á
caballo é tres
pajes,
y
el camarero Villareal, y el secretario Antonio Pi–
cado; los doce fueron: el teniente Benito Xuarez de Caraba–
jal , Francisco de Godoy, Juan Enriquez, D. Pedro Puertocar–
rero, Gornez de Leon , Francisco de Cárdenas, Alonso de
Toro, Juan de Barbaran, Rodrigo de Cha ves, Hernando Ba–
chicao, Nuño de Chaves, é sin estos iba acompañándole el
bachiller García Diaz Arias. E al tiempo que salia de la ciu–
dad iban acompañándole muchos caballeros,
é
les mandó que
se volviesen;
é
al cabo que habia andado tres días, que se