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RQUE DE M
CERA.
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anza en mano de los neó tos' de osos de escar-
\
inentár
á
lo · m r1eluco . La dilatada frontera
que desd el P r 5ua segui ha ta
1
Amazonas,
e taba bien gu rdad
r
or la e"'pesura de los
bo que
por
1
f.'.
rocid
le lo
s lvages . Las
n1isione de lo
jesuit
er n una
regul~r
sal'Va–
guardia en
1
r
ion d
1
gran rio.
A
prestos
bélicos en lo
pr inci pale puerto
la organi -
.zacion le
1
milici
m
1
t b n la defensa
exterior d l
irein to.
1
alguno
tenian to–
davía p r mu p ligro a la pre encia de los por–
tugue e e
µ
,.
n
1
interior
y
que n Lima
llegaban '
se· le
aun se
trató de u
umo; bien
porque
los daños
irreparables cau a o
por tales
providencias; bien or que el
ire , segun mur–
muraban ,
u.
mulo ,
I
ecibiera
cuantiosos
regalo .
En re lid
los ri
o del Virein to, sino des-
aparecieron ent r ar ente, di min
1
eron sobre–
manera
á
los pocos años
e gob ,rnar Mancera.
Los holandese , que habían lejaclo de serten1ibles,
_celebraban la p z on E pana. La Francia, que
habia ido, é iba ' er pronto u mas d ñosa agre...
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