no ol
t ante
u parcialidad por el suelo na
-1.
Entre l a
i
ipacione n1undana
dejaban
ir
la ma. viva exhortacion
á la
I
enitencia.
i~ in
contar mucha
beatas,_ que en n1edio del
ir)o
queri~n
perpetuar la aú tera virtu 1-e
le
·:tnü
Rosa, veíase por plaza y calles, ya á pi', . ' en
humilde cavalgadura al ina.cilento y de carna lo
., ray Elia de la Eternid
d,
predi ando ol
r'.l
la
vida perdurable y hacien lo olvidar la presen
con su porte aun Inas que con su palabra .
Entre lo
varone ejemplare , que er
n
'la
honra del claustro, descollaba un hu1nilde onad
le
Santo Donlingo, llamado Fray Martin d
ijo de una neO'r·
y.
balloro
d
-1
'l.nin10
mn.
.
ero con un11
us
pegp
ña e
et~
a em. d r i.Jmó
a, pidi 'ndola
á
vece
en
b equio de lo
pobre , empenando
u sombrero por ocorrerles, . haci 'ndo e todo
para todos.
dmitido en el conv nto era
an
humilde, que pedia de buena fe perdon por la
injurias r ecibidas in la inenor falta d
u parte
como i él hubiera sido el ofensor gr túito. Al
r
honrado de pequeños y de grande , e entia profun–
damente humillado; y, uando la pinion
el
anto
le hizo er acatado por Prelados
y
ir ye
creía
que
lo podían tributarle aq-uella at n ion