266
Lima, Cuzco, Quito y de Santa Ylarta, con mu–
chos clerigos y religiosos de las hordenes de
Nuestra Señora de la Merced, de Sancto Domin–
go y de Sant Francisco, que eran de buena vida
y sana doctrina. Yendo desta manera por sus
jornadas contadas, y de pueblo en pueblo, en–
contraron por el camino a muchos de los solda–
dos que auian escapado de la rota y desbara–
te del capitan Diego Centeno, y el Presidente,
como padre piadoso, los rescibia ·muy bien, con
grande amor, condoliendose dellos. A todos ros
quales, y a los <lemas que despues vinieron, los
rescibia gratamente, mandando a Juan Gomez de
Anaya, Proueedor de la
rmada de .'.:>u Mages·
tad,
pr~ueyesse
de todo lo que auian
~enester,
porque venían muy nesces ita dos, y )os pusso de- .
baxo de. las compañías,
y
d esta manera y con
mucha borden llegaron
a
la cibdad de s ·ant Juan
de l;;: Frontera, que es en
Guam~_r:,ga,
en donde
los pocos vezinos que allí auia lo resci bieron muy
bien. Estando en esta cibda_d, proueyo en ella
muchas cosas para en pro
y
utilida~
de todo
aquel terri to rio , y boluio a los encomenderos los
repartimi entos d e yndj os. que Gonc;;alo Pic;arro
les auia quitado los dias atras, porque
era~
gran–
des seruidores de Su Magestad,
y
en su real nom–
bre auian seruido al Visorrey Blasco N.uñez Vela.
En este comedio se comenc;;o a sentir la gran
falta que auia de bastimentos, a cuya causa los
soidados rauiauan de hambre, y aun derrenega·