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y
tiendas, y en ver tantos negros, y los yndios de
seruicio
y
de carga como alli tenían. Y en ver
tantos y tan buenos cauallos, mulas y carneros de
carga, que era cosa estraña en pensar [de] donde
tanto bastimento salia para mantener a tantos
como alli auia, por las raciones
y
prouimiento
que a todos, chicos
y
grandes, se daua. Pues ¿que .
diremos de los carneros
y
ouejas de la tierra que
en cada semana se matauan?; que cierto fueron
muchos en cantidad, porque a cada soldado se le
daua de racion medio carnero para toda Ja serna·
na, que son estos carneros muy grandes, del tama–
ño o cassi como borricos de Cerdeña, y Ja carne
dellos es muy buena de comer. Los capitanes y
caualler?s ·de gran cuenta, aunque truxeron de
suyo para si mismos
y
para dar a otros, no por
esso dexaron de les proueer de vn carnero .y de
mucho mabiz,
y
de papas
y
de chuño,
y
ellos po·
nian vna mesa bien larga para todos los que qui·
siessen yr a comer con ellos, assi de dia como de
noche. Mas en fin al fin, comQ la guerra sea vna
red barredera
y
pestilencia mortal que siempre
causa
y
trae muchos mal es
y
enojos y muy gran–
des trabaxos de en todas las cosas, assi acabo de
consumir todos los bastimentas y legumbres, car·
neros
y
ouejas que en este valle y en todo su te·
rritori o auia. Pues congregados todos estq.c; leales
capitanes y caualleros debaxo del estandarte real
de Su Magestad, íueroo todos los soldados repar·
tidos debaxo de vanderas
y
por capitanías, tor·