-te con ellos, y tardaron (r) estos caualléros . en
llegar al real exercito muchos dias mas de lo que
-estaua concertado, a causa de los muy grandes
aguazeros que
uvo,
que los rios y arroyos yúan
.muy crescidos. Dende a ciertos dias llego el Ma–
riscal Alonso de Aluarado ton la gente que truxo
de la cibdad de .Lima, que serian hasta trescien–
>tos soldados, entre los quales vinieron los capita–
nes Qon Antonio de Ribera, Don Pedro de Ca–
·brera, Don Pedro de Oporto, Martin de Robles,
Francisco de Ampuero, Hernando de Montene–
gro con otros muchos caualleros, vezinos y solda–
dos que se au'an huydo. al tirano. El Presidente
los i-escibio muy bien, y en general y particular
se holgo con cada vno dellos, que en ·esto tenia
muy gentil gracia para lo hazer, y luego comenr,;o
-de conuers¡¡r con ellos. muy affablemente
y
con
tanto amor, que mas parescia padre de todos que
Gouernador ni Presidente. El hombre que hasta
, entonces no le auia visto, ni 'conoscido, ni con·
.uersado, ni tratado con el, tratandole ,agora lo
amaua
y
metía ert sus entrañas
y
le siruia de muy
.buena gana, y con muy entera voluntad, a causa
de su buena crianr,;a
y
conuer?acion tan dulce
y
mansa, y porque lo merescia todo por los gran–
des meritas y virtudes que tenia. Cosa marauillosa
.fue de yer aquel valle de Jauxa lleno de tanta di–
.uersidad de gentes
y
nasciones con tantos toldos
(1)
Tachado:
el Obispo.