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mas de quatrocientos hombres. Todos los quaJes
foeron puestos a punto de guerra, que muchos
dellos dexaron los repartimientos de pueblos de
yndios que tenían en Mexico, creyendo medrar
mejor
p~r
alla que por aca, mas ellos quedaron
burlados y en blanco como suerte. AJ tiempo
que Hernando Cortes salio de Mexico dexo por
su lugartheniente al Licenciado Alonso de
<;ua~
~o,
aunque otros dizen
al
Thesorero Alonso de
Estrada, de Cibdad Real, pa ra que como Justicia
Mayor gouernasse Ja tierra en nombre de Su Ma–
gestad, y con esto se fu e a su conquista. El ani–
moso_Cortes, yendo por sus jornadas contadas,
passo muy grandes trabaxos en la conquista de
aquellas ti erras, assi en el camino tan largo que
lleuo como en
las
be.tallas y recuentros que uvo
con los yndios y en la mortal hambre que pades·
cieron, y en los grandes !rios que tuuieron y en
los peligros que passaron en los ríos
y
cienegas
q'Ue atrauesaron . Mientras Hernando Cortes an–
daua ausente no
faltaron en la cibdad de Me–
xico muchas renzillas y debates y · vandos
y
parcialidades entre los quatro officiales del Rey,
a causa que uvo nueua que Cortes era muerto
y Jos que auian ido con el, y para esto les ayu·
dauan los conquistadores, por que se diuidieron
en dos partes
y
en
do~
vandos. Gorn;alo de Sa–
lazar, Factor del Rey, queriendo tener la supe·
rioridad
y
el gouierno de toda la tierra, se mos–
tro por enemigo del Thesorero, y despues hizo