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concluyr y hechar a vna pa rte esta tan differ encia-
da conti enda, no queriendo mas a la r ga r el tiempo
ma ndo a todos los del R eal exer c ito que mar c ha–
S3en contra sus enemigos en buena hordenan<;:a .
Y de quando en qu a ndo llamaua a l vno y al otro
n ombrandolos de s us propios nombres, para que
con an imo y esfuen ;o peleassen contra los traydo–
res y fe mentidos, y ellos lo prome tie ron dando s us
palabras áe lo h azer assi, o morir en e l campo , y
que les dexassen e l cargo. Yendo los soldados
marchando se yuan a Dios e ncome nda ndo, y a los
amigos que a llí 'yu a n les dezian qu e como h erma–
nos se mirassen los vnos a los otros y se a mpara–
ssen y deffendiessen s us personas y vidas,
y
qu e
.s i e n la batalla rnu riessen que enter rassen los que
quedassen biuos a los muertos, porque sus cuerpos
no caresciessen de supulturas. All.egandose ya los
esquadrones tan cerca de los r eb eldes, ma ndo el
Viso tTey a s us sobresalie ntes que com enc;a sen
e llos dé t r auar la p e lea, y assi con g r a nde ani mo
y ossadia Francisco Hernandez Giron
y ·
los suyos
comenc;aron a disparar sus arcabuze contra los -
rebe ldes, yendo todos ma r chando, y como estauan
aun apartado no llegauan las balas a los contra–
rios. Los pic;arri tas como vieron esto aguardaron
Yn poco para que se allegassen mas a e llo , y des–
que los vie1-on cerca entonces comenc;aron de tira1-
co n furia y p r esteza
y
como eran muchos los aréa–
buzeros y estauan a p ie quedo hazia n mucho daño
en el esquadron de los leales, que en es ta hora no
Yierades otra cosa si no caer mu chos soldados mal
heridos, aunque pocos muertos . \ icndo .el Viso-