íle
laCompa~?tt
de
JeJu!.
187
grAmtlm
efl:recfiamente
Unido
COn
la
rOC~
en que
(é
fonna ,
es
natural, que entrando las puntas de l2r.
roca lin orden en la piedra,,que crece con ellas,:
dexan eíl:as puntas quebradas el hueco, cuya
caufa
buCeamos.
I-Iay
una
efp·ecie de
éll:os. Infeétos,
Ua-:
n1ada
ChAcrapani,
chata por ambos l..tdos, que
tie~
ne ocho'
o
diez cafillas femejar.ttes
a
un lado.'
a:
igual di11ancia ,
y
con perfeéta regularidad. No
puedo dudar , que
huvieífe en ellas
un
pequeño
pez' diíl:inco de
Jos que eíl:an di[pueíl:os
a
manera
de caracol;
y
afs_i el
Chacrapani
fcra una-concha
pe~
trificada,
o
de piedra. No fe diferencia del marmol
en el color,
y
dureza. Por
que,
pues , los
otro~
Salag,.amam
no feran efpecies de conchas?
He
vill:o
fobre las rocas de 1'! Isla , qué
lla~
.mande Francia, unas conchas, que fin parecerfe
a
los
Sa!agramam,
pueden ayudarnos
a
explicar la na""!
turaleza de eíl:as. Son un monton de pequeñas
ca~
ftllas en los huecos,
o
·en las puntas de las rocas
batidas por las olas. Cada calilla es una concha,:
y
todas juntas forman como un tronco;
y
fi
no
me
engaño, lo llaman el ramillete del Mar. Se
a
limen~
tan en
~llo
de la cralitud del Mar,
o
del agua
fil~
trada por medio de un pellegito,
o
nata , que
cu~
bre la fuperficie, caft como las conchas, que fe
pegan al timon del Navio. Eíl:e montan de con–
chas, que forman como un tronco, no hacen mas
de
una ·,
y
tiene alguna femejanza con el
Cbacr(t–
panz,
que he explicado.
Ella
encaxada
en
la
pie~
dra, y es precifo romperla para facarla. Si fe
pe~
trifica
.con
el
tiempo,
o
no,
no lo pnedo decir pofiti–
vamcnte ;
pero en cafo de petrificar[e,
(e
puede
cootar por una nueva efpecie de
Salagramam.
Aa
2._
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