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" S
el
e
1 a
S
Mi i
e
r;
e
S
en
1666.
el
Padre
Suarez en
r667.
el
P.
Agu·nin
de
I urtado en
167 7.
el P. Henrique Richler en
1695.
y
en
I
707.
el
P.
Nicolas Durango. Sin hablar
de los
co~tinuos
peligros '
a
que eíl:amos expuef ...
. t
0
~
,
viviendo en
tn
e
d
i
o de un
P
ue
b1
o
tan
bruta1 ,
y
cruel, que no tenemos
que teo1er
en los frequen–
tes
viabes
que
hazcn1os
?
EftJn1o~
en
continuos
riefgos de
fer
comidos
de los
'fygrcs, mordidos de
las
Vivoras ,
aplaíl:ados
debaxo
de
los grandes
ar–
boles , que
caen muchas
vec s quando
n1c-nos fe
pienfa ,
de
fer ahogados
en Rios
n1uy
rapidos, de
fer tra
0
ados por
los
Cocodrilos ,
u
horrorofas
Ser–
pientes , que con
fu apefiado
aíicnto detienen a
los paífageros, fe
echan
fobre ellos,
y
los
tragan. ·
Muchas veces me he vií1o en fe1nejantes
pe–
ligros ; pero me prefervo de ellos una cfpecial pro–
teccion de la Divina Providencia. Echa.ron
un
día
los Barbaras
veneno
en
mi comida,
y
bebida,.
fin
qué me refultaffe indifpoficion alguna. Otra vez
7
hallandome entre los
Omagua.r,
azia
n1edi.a
noche
pegaron
fuego a mi Cabaña ,
cubierta
folam~nte
de
hojas: dortnia con mucha
quietud, pero me
libre
felizmente de
entncdio
de
las
llamas,
q
l'C n1e
ro .._.
deaban.
Sucedio otro
dia ,
que
hlviendo
a abadO'
una nueva Iglefia en el
Pats
de los
Ch a i~ b ita.r,
ti ...
rando un Efpañol , que eftaba a dos, o tres
p(l ffos
de mi ,
rebento el cañon de fu
fl
fil ,
y
m
falto
un pedazo
al
ojo
izquierdo,
y
cayo fin
fuerzas
i
n1is pies , fin caufarn1e e1
tnenor
daño.
Podria re–
ferir
muchos exemplos
femejantes ,
li
no
temiera
¡)ropaffar
los
lin1ites
de una
Ca1
ra.
Entretanto que fe
efiablecian nuevas Chri f'-
~iand~de~
lQ !argo
4~! ~iQ M~faüon ~tuve
el
do~
lo•