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Cartas de las
Mifsiones
aad'
y
prueba. fenfible
de la efperanza ' . que
ali–
mentaban
en fus
corazones
de una cercana
revolu~
cion. Se dice , que
causo
tanto gozo
a
la Princefa
Madre la. hutda del Tyrano, que efl:uvo loca por
tres
dias ,
y
que no bol
vio
én si enteramente, ha!ta.
que
vio ,
y
abrazo a fu querida hijo, p r
quien
a-
',via
padecido tantos
f1fl:os ,
y
tem
res.
Se haviatl
quedado en la CiudJ.d muchos A
0
huanos,
y
efe
la~
1
Vos, que no
haviendo podido hurr con os demas,
, fe havian ocultado en las cafas de
íi
s a tnigos ,
o
parientes ;
pero
en ellas hallar . a
rnuerre , que
'procuraban evitar : fueron
defcubi
rtos ,
y
fol~~
mente fe perdono la vida
a
algunos de
mucha.
_diíl:incion,
de
quienes
fe daban buenos
t
ftimonios.
Se llenaron las
calles
de
los
cada
ve
res de los mi-.
ferahles rebeldes, como ellos las havia
ierto
en otra ocafion con los
de
los
vec1
s e la
if–
ma
Ciudad. El fepulcro de
Mahm
ud , qu e
n
mucho
cfmero
havian guardado los Aghuan
s
en un
. Cercado, mas
alli
del P
1ente
de Schiras ,
y
qtte
refpetaban co1no lugar fagrado, fue
detnolido ,
'/¡
convertido
en cloacas. El pueblo eftaba tan
anima-.
do
del efpiritu de venganza , que en dos
horas
de
tiempo , no
quedo
piedra fobre piedra de la obra,
en la
qual havian trabaj_ado
po~
muchos
mefes mas
de mil
perfonas.
El Rey, que no havia querido íer tefrigo de
tantás crueldades , no
liego
a
Hifpahan haíl:a el d-ia
nueve de Diciembre. Su
entrada fue guerrera:
mar-:
cho
defde Gaza
,
dHl:ante como
dos
leguas
y
media de la Corte, a la frente de
fu cuerpo
de
re~
ferva, que
rnarcho
en orden de batalla., haíl:a que fe
encontr~
COll
ram~S ~OL!lik.~n. ~~e
falio
COn veinte
mil