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Cartas
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fin, el d
(enfrenado
Populacho no les perdc,no, ni
las
mof~s
tnas picantes _,
ni las injurias
mas
groífe·~
1as. No
hallando
los Vandidos que faquear ,
y
ro~
}Ylr ,
facar0n
a
los prilioneros
del Barco,
y
los
lle""'
varon a
tierra
d'r·baxo de tln pobre cobertizo,
hafl:a
que
huvieífe
avifo
del
Governado
r del Pa1s., aquiert
havian
dado
noticia
de
la prefal ,
q.ue aca.b.al:an
de
hacer. Los Padres,
y
los tres
Ca~equifias
quedaron
alli por quatro dias , fxpuefios a l0s
ardor~s
del
Sol,
que qu maba,
y
a
l~s
crueles picaduras.
de
los n1ofquitos, rodeados de
un gran
numero
d·e In–
fieles ,
que
fe
fuccedian los
un-os a
los otros
para
·guardarlos,
y
no
los
dexab-an dorrnir , ni
de
di
a,
ni de
noche. Eflabaa guardados cot
tanto rigor-,
'}UC
no
era
pofsible
a
los Chrifl:ianos acercarfe
a
€llos,
para procurarles
algun corto
ali'lio ,
~e
que
tenian
extretna
nec fsidad;
porq-ue
tocio fu alimen–
to fe
reducía a un
poco de arroz tan mal
guifado,
que
les éra
tntnes
infufrible
la
hambre~
que
un
man,.
.. ar
tan infi
pido.
El di
a
1·8'. de
Abril
llegaron r0s Soldad'os
embiá-~
'dos
por el
Governador ,
para conducirle los
prilio-;
:c·eros.
Llamaron
a
efios
a
ftt
prefencia
cattgados
de
fus Canges, Jos quales ataron unos con
otros,
y
los
hicieron caminar
com
la cabeza defcubierta
:t
deba~
xo de un Cielo tan a·rdience, que uno de ellos pa–
decio una
terrible
inflamacion en los ojos;
y
otro
fue
aífaltado de una efpecie
de
efiLJpor, que
le
abrcio toda la boca.
L0s
Soldados, armad·os de fa–
bles,
y
lanzas, os efcoltaban, batiendo· condnua...
m~1Jte t~I
Ta-n1
or, a
cuyo
fonido fe j-untaba
infini...
o
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ha·cia
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