( V. )
ordenado en nuestro Código,
y
que obre su lllma. conforme
á
lo que ya está dispuesto, segun consta de los oficios inser–
tos .en el Perioclico de Gobierno número 35.
tom. 3.
0
·
Amo tiernamente al Autor de los Prolegómenos títulados
Vidaun·e contra Vidaurre.
Creo firmemente que no son par.
to de un co'ra:zon dañado, sino de un genio deseoso de lucir,
y
que· sin reflexion se metió
á
escribir lo que no competía
a
su estado.
N
o tuvo presente
c1
Soneto que ap1·endí desde
J
ó–
Yen,
y que dice.
No olvides que nuestra vida ·es tragedia;
Cuyo aspecto se muda por instantes,
O
mejor diremos es tragicomedia,
Y
que todos en ella somos farsa.ntes.
De este Teatro tau ,·ario
y
tan difuso,
Dios es el Stlmo autor que lo compuso.
Si
eres un Rey, un Papa, ó un tullido,
Haz el papel que Dios te ha repartido;
Y
cualquiera que él sea breve,
ó
largo,
El
desempeñarlo bien está
á
tu cargo,
Haciendo con primor tu personaje,
En obras, pensamientos
y
lenguaje;
Pues la reparticion
ó
mucha ó poca.
Solo al autor de la Comedia toca.
El autm· en la pag.
5.
1in.
24.
dice:
¡Que portentos ob'ia
la Providencia en mi favor
!
Y
a me rep1·ende como Padre, ya
·
me castiga como
juez.
Agregu~
a
esas reflexiones, lo que
el Señor
}p.
dice en el Salmo
54.
Si inimicus meus maledi–
xisset mihi, sustinuissem utique •••••
•
¡Tu vero homo uninimis,
dux meus et notus meus, qui dulces mecum capiebas civos
!
Es–
pero de la infinita bondad del Señor, que este golpe le sea
tan dichoso, como el que recibió Saulo del Caballo en la puer..
ta
de Damasco. Entonces yo
á
los setenta y ocho años de
mi
edad podré repetir
-el
Cantico del viej0 Simeon: pues si aquel
se
alegró de ver ya nacido al Redentor del mundo; yo cera
raré mis
~jos
con placer, viepdo lograda su preciosísima san–
gre en
un
projimo tan -recomendable,
·y
de mi
d,istinguido
aprecio.