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M
~
'
o
NO TIENE NOMBRE.
Levantemos, por tanto, nuestra
voz, y aunque sea voz clamante
en el desierto, arrojemos
á
los
vientos la simiente de nuestra pa–
labra.
Tal vez los vientos la conduz–
can
á
terreno
vírjen
y
preparado
para la verdad.
A.
PID ·IL Y MoN,
ex-Ministro de Fomento eu España .
¿Qué
nombre tiene esto?
r:r
~Cómo
se llama, lo que sucede?
1"')
N
o !o sabemos.
~
.
:s
No es horrible, ni terrible, ni espantoso, ni extraño,
ni inaudito. No.
¿
Si· no fuera triste, seria grotesco.
~
Más qne una tragedia desgarradora parece un sai-
<t
nete infame.
·
d,
Otras veces, las preocupaciones, la ignorancia y la
o
injusticia engendraron el ódio; ·
~a
pasiou violenta
y
ex·
travia<la estalló con el frenesí de los desbordamientos
-~ populares,
y
á
su impulso corrieron torrentes de san–
l;J
gre generosa: vertida por .pech<'>s·inoceutes heridos por
~
ma1ios, calenturientas de criminales alncina(los
y
fauá–
v
ticos.
Eso es horrible; pero, abominándolo, se comprende.
EstQ no es eso.