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seguir la empresa. Este laborioso misionero merece un par–
ticular recuerdo; ejercitóse sin cesar dando . misiones en
aquellas islas, sufriendo inmensos trabajos por mar
y
tierra,
y
en la expedicion que hizo hasta la altura de diez
y
~iete
grados en el año 1779, pudo
á·
costa de evidentes peligros,
atraer n1uchos gentiles
á
la fé.
/
Los pueblos
y
capillas de misiones que por este tiempo
tenia á su cargo el Colegio de Ocopa .en las montañas del
Perú, fuera de las que tenia en tierra firme é islas de Chiloé,
eran nueve
á
saber: cuatro conversiones de Cajamarquilla
ó
Huialillas, llamadas
Pajaten~
Valle, Sion
y
Pampa-hermo–
sa: cuatro en las de Huánuco,
á
saber: Pueblo nuevo, Chac–
Ua,
Muña
y
Pozuzo,
y
una
c~pilla
con el nombre de Sima-
ribe en las de Huanta.
·
¡'
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