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3 5.
Esta potestad compele
á
la Iglesia
jure divino,
y es verdad de
Ji.
36.
Los a{Jusos y usurpaciones de los pretendidos Realistas nada prue–
ban contra ella.
3;.
Su falsa política, originaria de los hereges, cuyos errores tiene 'con–
denados la Iglesia.
38.
Es de la competencia de sola la Iglesia todo lo perteneciente á Sa–
cramentos, por mas que sean señales sensible.$.
3g.
El fuero interno sacramental
y
el externo espiritual, que quieren
confundir los novadores , son objeto de ia doble potestad de la
·Iglesia.
4o.
Intima conexion de la disciplina con el dogma,
y
anatemas de la
Iglesia contra los que afir;man ó niegan puntos que de suyo son dis–
ciplinares.
4
1.
Sentencia del Papa Pio JTI sobre esto.
4
2.
Separarse de estos principios es renunciar al catolicismo.
43.
Contra la doctrina católica sintieron JYlarsilio de Padua, Wiclef
y
Lutero.
44.
Tambien los jansenistas, pero con mas disfraz
y
solapería.
45.
El diluvio de escritos que han pub{icado ha fascinado
á
muchos.
46.
Sus giros y manejos.
4
7.
Se descubren sus embustes.
48.
A sola la potestad eclesiástica pertenece conocer sobre la observan–
cia y cumplimiento de sus .l eyes.
49•
Otro pretexto para inoadir los derechos de la Iglesia:
la
Protec–
cion Real.
So.
Protegerla en el debido sentido es obligacion de los príncipes ca-
tólicos .
51.
Por serlo no han adquirido derecho alguno sobre la Iglesia.
52.
Ni pueden nada cerca de su disciplina.
53.
D ase la verdadera idea de la
Pro
teccion.
S
4·
Siroe para hacer observar las ordenaciones de la Iglesia.
55. Pruébase con la autoridad de San Isidoro de Sevilla .
.56.
No es proteccion de jurisdiccion, sino de auxilio.
5
í •
Autoridad de F en elon.
58.
Y de Bossuet que lo confirma.
5
9•
Y así lo entendieron los príncipes cristianos.
6o.
Y lo han enseñado los S a ntos Padres, Doctores y Concilios.
6
1.
Y confesado nuestros mas sabios jun:sconsultos.
6
2.
Extender mas allá la proteccion es trastornarlo todo, y contra
esto ha reclamado siempre la Iglesia.
63.
Pueden los príncipes hacer leyes auxiliatorias de las canónicas
preexistentes,· pero no prooeer contra ó fuera de ellas.
64.
Otros pretex tos frívolos inocntados por los protestantes y seguidos
por los pretensos Realistas, para hacer que los príncipes invadan
los derechos de la Iglesia.