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2Ó
CONFEREÑCIAS DE GERONA,
he
continuar con mayor fervor en el exercicio
de auxiliarles ; íino que tambien en
el
difcurfo
de ella, debe decirles
la
Recomendacion del
Al–
ma, y no dexJ>rles haH:a haber finado.
. · 2
5
De
aqui refulta, y fe
ve
manifiefto; qne
el
Parrocho, que incide en eíta fJ.lta, procede
muy
mal.
Lo primero, porque
d
Oficio de
ay~1dar
a
· bien morir, que fi.1ele empezar defpues de
b
ad·
minifhacion
del
Santo Oleo , para continuarfe
en
adelante; eíte hombre,
G
entonces le empie–
za, cambien entonces le acaba. Lo fegundo; por·
que efl:e Oficio, que no fe limita
a
folas eH:as
o
aquell:H exhortaciones, ni
a
efte
O
aquel efpacio
de tiempo; fino que fe extiende
a
todo lo que
pide
o
permite la du.racion de la vida, defdé'
el
Santo Oleo, haíta la ultima boqueada; eite hom–
bre le coarta
a
pocas pabbras exhortatorias' y
a
un periodo de tiempo
muy
breve.
Lo
tercero;
porque
1-a
Recomendacion del Alma, que fe ha
de decir en el tiempo de la Agonia; eíl:e hombre
la
anticipa. y dice mucho antes. Lo quarto; por-
PeaJe .Aff;mto
que defde que fe ha ido, ha11:a que el Enfermo.
2
-1-·
71
~
2
4·&
feq.
mucre, en todo cite intermedio
de
tiempo
(que
a
veces dura mucho, como uno' dos,
o
mas dias)
dta
muy expL{efl:o
a
fer fiera,mente combatido
con horrorofas ten raciones del Demonio;
v
es
de
temer, que por f:l.l tarle
en ton
ces
1a·
afsifrencia.
del Parrocha,
el
auxilio de fLlS fantas exhortacio–
nes,
el
iocorro de
la
oportuna Recomendacion
del Alma, cayg:a en alguno grave tentacion, mue–
ra en pecado mona!,
y
fe condene
miferablemen~
t e p::tra Gempre.
:. ,
2
G
Evitadas> pues>
eilas
faltas~
y
las
den)M,
que