tos
Y
luego dice
el
Sacerdote.
Haciendo· memotfa , Seño.r,
nosotros que somos tus siervos,
y
aun tn santo pueblo,
de Ja,
bienaventurada Pasion
del
mismo
J
esn-Cristo ,
tu Hijo ,
nuestro
Señor ,
y
de
su Resnrreccion de
los Infiernos , corno tamhien de
sn gloriosa Ascension al Cielo:
ttfrecemos á
tu
incomparable
Ma–
gestad ,
de
los dones
que nos
habeis rlaqo , una Hostia pura,
t
una Hostia santa ,
t
una
Hostia sin mancha ,
t
el pan.
5anto
de la vida eterna ,
t
y
el Caliz
t
de la perpetua sal–
vacion ( 36 ) .
.Ahor<A
pide el Sacerdote
a
Dios,
que reC'iba
propidm1iente
la
ofrenda de este Pan. vú;o
,
y
de este Cdliz de salvacion
di·–
ciend():