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MANUEL GAROÍA
TRIOOYEN
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y f~~~~~tud~fd:d d~~~~íh~b~
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do revestida
su
Iglesia.
Ya por entonces
el
existente había recibido un
va–
lioso obJeto llamado
á
prestar importantísimos servi–
cios á
la
población: nos referimos al reloj que se colo·
có
en él
y
cuya esfera veíase en lo alto de su frontispi–
cio.
Hé
aquí lo que cuentan las crónicas acerca de di–
cho reloj:
''El afio de
1649,
en
8
días del mes de Octubre.
trató el Cabildo de la ciudad que seria conveniente pa-
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á f~es!~ó~
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S:abia:~~~i·d~ ~~erE~
f>i!~Je~~~~: s:re~~i~==~lu~~ó~e:ia~~z:bi~~~ ~:~~~~
~:~~~~~~ióc~~!rá?~le~ep~~~ J:,~~~a~~ e~rp~~~id:~t~~:~
·
Regimiento y los
Encomendero~:~
de los Indios,
y
él ba–
ria la torre en que se :{>USiese;..no se conformaron sobre
quien lo habia de pagar, y por hallarse en aquella sa.
zón la ciudad muy pobre
y
sin propios de qué sacar
dinero, se dejó de comyrar por entonces; pero no mu–
cho después, que fué e año de l566, compró el Cabildo
de la cmdad el primero que hubo en ella, el cual cos–
tó
2,200 pesos de oro.
u
L.A. CATEDRAL BASTA SU CONSAGRACIÓN POR EL
ILUSTRÍSIMO SEROR OOAMPO.
Mucho, en verdad, debe la Iglesia de Lima
á
su
primer Arzobispo Iltmo. señor Fray Gerónimo de
Loayza. Ya sea que nos fijemos en las sábias provi·
:~:~ia~e~~eh~t;¡!~d~a~!n3~d:~;~rs:~ g~~~~~~m~~ ~~
consideración los esfuerzos que hizo por el manteni–
miento de la paz
y
la armoma entre los habitantes del
extenso territorio que abrazaba su diócesis; ya sea, .
por último. que le contemplemos empeñado en las ár-
de
la. S
ierra, Cbuquiaro
ó
la P82., Cuzco, Trujlllo, Aroqulpa, Hua–
man~
:ea.CJ~ee~~~j!~o
de la Plata
ó
Charcae se le unJeron
las dió
ceslB elePa~a.y,
Tucumán,
La
Pa1 y Santa Cruz.
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Popaldn se tnoorggM
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