Quo die ad te .}udice;m ve.nimus, ebde·m die .
illorum minas, quas antea horrebamus, ne–
g lije7·e
ccepimus.
·
CICER. PRO P UB. QUINC.........
En el mismo dia que apelamos
á
ti, como
á nuestro juez; en este mismo empezamos
á
despreciar las amenazas de aquellos.que
antes nos horrorizaban.
,CICERON POR PUBLIO QUINCIO,
--c:&03·
cc::o---
¿QUE materia me diste, calumnioso acusador que pudiera
yo
deí~mder'l
No puedo ni debo callar,
~in
faltar á nii <;>bli–
gacion. Me pidieron que hablase aquellos
q,u~
tienen gran–
de cabida conmigo por la . ami stad, beneficios
y
dig nidades,
y
de quienes tampoco puedo !gnorar su
benevol~n~ia.:pa.r~
todos, ni
mi1~ar
'en menos su autoridad, 'su justicia, su inocen–
cia, ni su vol untad. Asi se espli ca el citado orador, en .fa–
vor de Roscio Asinerino. Verdad
y
dec'or~
en la
e.~presion
y
en los hechos, nivelai·on sus or'aciones
y .
defensas: estas
mismas dirijirán mi pluma. , Aquel persuadía deleitando la
razon, con so natural
y
sublime eJdcuenci§L: yo me esforza–
r é en no fastidiar.
Y
o me dirijo pues
á
vós
Nac\on Magna–
nima:
á
vos apelo, para que el pueblo peruano cual me juzgue,
me condene.Mas desde este mismo momento en que m_e some–
to resignado á vuestro inecsorable juicio, [repito con Ciceron
1
desprecio las amenazas,
y
burlo las tentativ-as horrorosas de
aquellos que hasta hoy me han intimidado empuñando en el
delirio del furor acicalados puñales, al ver con espantosa
desesperacion frustrado el fallo de estranamiento
y
proscrip–
cion por vuestra munificencia.