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con .la Alemania-5.
0 :
que para conseguir el seg-undo con–
\~emo
aleman, tuvo necesidad de nuevas guerras, nuevos
fl:audes,
y
nuevos atentados: que estinguida la, casa de Sua- ·
v1a,
co~firió
el Imperio á un
ambicio ~ o,
que para lograrlo,
co~ced1ó
á
Roma CJJanto de él se exijió,
y
cuanto el Papa
qUlso-6 .
0 :
que la ambician
y
codicia de Francisco I ,
y
de
s u Caneiller Duprat, sacrifi caron las libertades de la Igle si.a
francesa; que ámbos atropellaron á los Parlamentos, Uni.–
ver¡jidad, clero
y
Nacion entera,
y
solo a
i
lograron el so–
metimiento al Convenio, sometimiento forzado
y
no volun –
tario-7
.0 :
que miras ambiciosas hicieron tambien que el
Cónsul Bonaparte compelie e
á
la Francia á retrogradar,
celebrando un Concordato ménos malo que el de Francico,
pero que sacrificó siempre las libertades de la Iglesia fran–
cesa á la astucia, ambicwn
y
codtcia romana-8.
0 :
que fué
engañado con el convenio de Fontanebleau, en el que se
remedió el descuido de losan teriores que no señalaban un
plazo para qne Roma espidiese sus bulas, así como estuvo
:fijado para el Gobierno, acordándose que si
á
los seis me–
ses no expedía Roma las bulas en regla al electo, lo consa–
grase el
~Ietropo1itano-9 .
0 :
Que los Barbones no lograron
podpr hacer dec:.;aparecer el ar reglo del Cónsul, por la resis-–
tencia de
las Cámaras, r esistencia
á
un acuerdo deBla–
cas que hacia
á
la Francia de peor condi.cion que el Con–
cordato vijente-10: que la España siempre perdió e!llos
convenios que con Roma celebró,
y
que aun esa pérdida
fué reputada ventaja por el estado miserable á que Roma
la habia reducido-11: que los Concordatos son siemp re
desventajosos, porqu e las naciones pierden,
y
jamás ganan,
como lo demuestra e l celebrado con Santa-Cruz-12. que
aun cuando no se perdiera con las ven tajas que aca Roma,
no se deben celebrar, porque no hai igualdad. Roma nunca
l')e considera obligada á lo que pactó, aunque siempre se
cree con derecho á ::eclamar lo que una vez logró. Los Con–
cordatos son obligatorios para una de las partes, para lo
que pacta la
~ac i on.
No obligan á la otra-á Roma . De–
dücese por consecuencia de todo lo espuesto, que .los pue–
blos
1
mericanos, para quienes escribo, no deben Jamás ce–
lebrar Concordatos. Ojalá que los hombres públicos de las
Repúblicas se penetren de esta verdad:
á
la América. no
!.e
conviene jamás dejarse despojar de la disciplina en ella