AÑO
CHRISTIANO.
Grlflcios en manifesta0ion de nuestr() agradecimiento. 'Por
tanto, os exhortamos d que .todos con urrais cerca de nues–
tr:a persona para mostrar por' vuestra
parte
el
~elo -que
te·
neis d nuestros adorabtes
dioses~
En
lo
demas
,
si algunrJ
menospreciare nuestro
edicto,
o
siguiere
otra
religitm, ademas
de que irritará
contra sí
ltt cólera-
d~
los dioses,
ser4 ri–
g01·osamente c-astigado.
Acudiérqn de todas partes por obe–
decer, al emperador. Estaba el ayre obscurecido con el
hJJmo"de las. víctimas
; .pero
miéQtrqs St! _ofrecian sacrificios
a
los dem:0nios,
se aplicaba Catalina
a
sostener
la fe de los
Ghristianos , ·baciéndolos. demostracion de· que los
oráculos
del,
gentilismo eran puras·
ilu~iones,
-Y
los que se
llaman
dioses ,
habían sido
hombres mortale$ , que se
hiciéron
farnos~s
por sus disoluciones ;
y
en .fin·, .que no se
po;
dia
;robedece.r
r.e1
~e'4i1i.cto, iqe-l ~mpr;rad0r
.sin
hace1:se·
reos
de
las
pea.áse,renia& cop que los castigawia
Dios
,
criador del
ojelQ! Y5
d~la tj~tra,
único Señor que merecia
ser
adorad·0..
Desp'ues de haber confirm3do 'así
.a.
1-os 9hristianos ,_deter–
minó presentarse
al mismoemperador para hacerle visi–
ble
$Q
·impiedaq .,
escqgie.nd'O para eso
~quel
tiempo
mismo
en que estaba sacrificando
a
los dioses del imperio. Pidió,
pues ,
que .
la
~r!J?1:j~sey h~bl_~rft¡
f
y
<;om_<:>
estába dotada
de una presencia magestuosa, igualmente que
ae
una rara
hermosura,
sin dificultad
fué
admiti~
a
la audien<;;ia.
Dixo,
pues ' .
ál·
einp:~rad'Qr
eón.
ymf 're~ó1ucfon
que solamente la
fe podia inspirar
y
sostener, que por sí solo debiera ya
háber
-rec'O'I_lQ~id,.o
':,q,t}e
~qur~lla
rpultilud
de 9io3es
q~
acto--
' raba era
otn~- t10ntá ~ultítu.d
de erro.res que
seguia~ ,
pues
la mism-a
razQQ
_µatural
estaba
demostrando que no
po..:
dia
haber .
qi~s:
que
un supremo soberano ser , t'mico
y
pr.imer principio d.e tod.as las cosas. Pero
ya
que su mis–
ma
irazqn
nQ·,
fe
babia
d~scupierto _un~
yerdad
taQ
paten–
te,
·deb,ia
, ,0r
lo µiénos
rendir~.
;;il, tesnimonio de sus
mai
sabios
-doctores, los
·quale.s
distinta
y
claramente enseña–
ban que
no babia ni podía haber
mas
que un
solo
Dios,
descubriendo
e\ orígen de
la
·multitud de sus
dioses.
Ci–
t<lle para eso
a
Diódoro S-íc
ulo, a Plutar,co ,
y
algunos otros,
añadiendo
la parecia muy
extra.ño que
un
emperador que
p0r su autoridad
y
por su éarácte·r
d~biera
desviar los
pue–
blos
del
supersticioso
cµlto de mentidas
deidades,
los pro–
vocase
a
~llo
con su exempltJ. Y por
tanto, le suplicaba
que