ENERO. DIA XXXI.
Deseó ,
!DI
Dio3 ,
ser .de ·este pequeño número ;
y
po.r. eso os ·pido con las mayores veras me concedais esta
1
amable.virtud. HumiHadme·,
Señor,
quanto fuese vuestro
agrado; pere otorgadme la gracia de que sea humilde. _
_ .
JACULATORIA& ·
,
Vílior
fiam
plus
qudm factus sum
:
&
ero
hzémins
in ócu-
.
,
lis rneis.
2.
Reg. 6.
Si ,
Señor, cada dja quiero ser mas humilde
a
mis pro.
píos ojos;
y
por eso deseo ser cada dia mas humillado,
y
mas abatido
a
los ojos del mundo.
Bonurn mihi quia hurniliásti me
:
ut discam justificatiónes
tuas.
Salm.
118.
·
Muy provechoso me ha sido, Señor, el que me hubieseis
humillado ; que de esta manera me habeis hecho dócil
..
a
vuestros preceptos '
y
rendido
a
vuestros
._
~·
· Mandamientos.
r•
..
.r
PROPOS l'T(})S.
.
E
N los
o~ros
se .e.stíma
y
se alaba grandemente
la
vir–
tud de la humildad ; pero son pocos los que traba–
·jan eficázmente por poseerla ellos mismos. Si
se:
pudie–
~ra
ser humilde sin ser humillado ; · si pa:ra serlo ·bastá–
.ra el conocer que hay sobra de pecados , falta de vir- '
tudes, escaséz de méritos, pobreza de talentos ; no se–
ría
tan rara
~n
el !nundo esta virtud. Un poc0 de en–
~endimieato
basta para que cáda qual
se
haga justicia
a
sí mismo; pero nuestras sentenéias
en
este particular
jam,ás salen del secreto tribunal del entendimiento,
y
nunca se notifican , ni las consiente el corazon.
Sin
em–
bargo ello es cierto , que sola la humildad
de
corazon
es virtud cbristiana. Para lograrla es menester ,
a
pesar
de la repugnancia natural , llevar
a
bien '
y
aun desear
ser humillado. Examina cuidadosamente los rodéos , los
·artificios. los ingeniosos escápes del amor propio para evi–
tar una humillacion. ,Qué sensibilidad quando se nos hace
el mas vivo menosprecio! Qué vivaoklad,
qué
empeño
en ·
justifit ar hasta nuestras misma faltas
r
Con qué frialdad
miramos
a
los
que
nos son preferidos! Qué indigestion,
qué desafecto
ácia
aquellos que
.a
nuestro modo
de enten-
r
Hh
der