ENERO. DIA XXX.
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vida christiana. Esfuerzate
a
tener estas señales:
y
resuelve
desde luego no acostarte nunca sin haber hecho una visita
al Santísimo Sacramento,
y
profesar una tierna devocion
a
la
Santísima Virgen.
.
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DIA TREINTA
Y
UNO.
.S. Pedro ·No/asco, Confesor.
S
AN
Pedro Nolasco füe Francés, de una cle las me–
jores Casas de Languedoc. Nació el año de
I189.
en
el País de Lauregais , en un Lugar del Obispado de San
Papoul, llamado Mas- de Santas Puelas ,
a
una legua de
Castel-nau-Darri. Habiend9 perdido
a
su padre siendo de
edad de quince años, prosiguió viviendo en compañia de su
madre' que resuelta ya
a
no volverse
a
casar ' y
a
dedicar–
se
a
Dios únicamente, empleaba en servirle sus bienes,
y
sus talentos.
Siguió a1gun tiempo al Conde Simon de Monfort, Ge–
neral de la Cruzada contra los Albigenses. Despues de
la famosa batal1a, en Muret , en que quedó muerto Don
Pedro Rey de Aragon, compadecido el Conde de la des–
gracia, y de la poca
ed~d
del niño Rey Don Jayme,
que babia quedado prisionero ,
y
no tenia mas que seis ó
siete años, creyó no podía hacerle mayor servicio que dar–
le por Ayo, y por Gobernador
a
Pedro Nolasco. Desempe–
ñó este importante empleo con felíz suceso, y mereció coda
la estimacion , y toda la confianza del joven Monarca; de la
qual solo se valió para reformar la Corte,
y
para ir delan–
te de todos con el buen exemplo.
. La devocion de la Reyaa de los Angeles, y la caridad
con los Christianos cautivos que gemian en la esclavitud de
los Moros , fueron las dos virtudes
caract~rísticas
de Nolas–
co , que no paró hasta vender todos sus bienes
p~ra
asistir,
y
aliviar
a
aquellos pobres.
Animóse tanto con el buen suceso que tuvieron las
primeras pruebas de esta ardiente caridad, que per_;
súadió
a
muchos Caballeros ricos , y piadosos se jun-
Gg4
ta-