·324
AÑO CHRISTIANO.
1 •
·La
E
pistola
es
del capitulo
4
·d~
ltJ,,
1egunda1
idel
")fpóstol
San Pa'/Jlo
d Timotéo.
~-·
C
'llarluime: Te1tlficor
c~ram
cÁrísimo : Te conjuro delan·
Deo
,
B
Jetu Chritto, _... '
te de Dios, y de Jesu-Chri!–
~ui
judicatfirut ett '!'ivos
'
B
to que J1a de juzgar
a
los vivos
·mórtuos
per
advént!'m
ip..:.
Y.
a
lqs' muertes por su venida
y
' .rius
'
e
regrmm
ej~s
:
prk-
por su Reyñé> ' que prediqpes la
dica verbum' insta opportúne,
palabra ; que instes
a
tiempo
y
importúne
:
árgue
,
óbsecra,
fuera de tiempo : que repreben–
lncrepa in
omni patiéntia,
B
das, supliques, amenaces con to- -
do&rína. Erit enim
te.mpui,
da padencia
y
enseñanza. Porque
cum 1anam doé1rl'nam no1
sus-,
vendrá tiempo en que no sufrirán
iinébunt,
sed ad sua deú#-
la sána doctrina; antes bien jun–
ria coacervdbunt sibi maglr-
tarán muchos Maestros conformes
tro1
,
pruriénte1 áuribus
:
B
a
a
sus deseos , que les alhaguen
veritate quidem auditum
avér-
,
el oido ,
y
no querrán oir
Ja
tent
'
an
f!btdat autem
con-
v~rdad
'
y se convertirán
a
las
verténtur.
,Tu vero
vigila,
in
~ fábulas.
Pero tq vela , trabaja en
ómnibus
lab8ra,
opus
fac
E;van-
todo, haz obras de Evapgelista,
geli.rt~,
ministérium tuum im-
cumple con
tú
mihist'erio.
Sé
tem–
ple, Sóbrius
esto,
Ego enim
plado. Porque yo ya' voy
a
ser
jam delibor
,
B
tempus
reso-
sacrificado, y se acerca el ti'em–
luti8nis '
me~
instat. !Bonam
'
po de mi muerte. , He peleado
certámen certavi, cursum- con-J
bien , he ºconsumado mi carre–
sum,mavi
,
fidem
11~rv~v~.
lp
·
ra ,
y
he' guardado la
Fé.
Por
réliquo repósita est mihi cono :
lo demás , tengo · reservada
la
na
justíti~
quam re,ddet mihi
corona- de justicia , que me _da–
Dóminus in itla die
ju.rtus
ju-
rá el Señor en aqyel ,
dia ,
el
dex
:
non so/Um
autem
f!iÍhi,
justo Juez :
y
no solo
a mí,
pi–
.red
&
iís'
qui diligunt advén-
no tambien
a
todos·lo's
que
aman
tum ejus..
1
,
• ,
,
su .venida.
,.
RE FL
E~X
1
Q
NE S.
L
~,
.. ._
V
Endrá tiempo en que los hombres no quieran sufrir la
doctrina sana.
Quizá
~é
pensará
qu~
está muy lexo's
de nosotros esté t'.ieinpo desgraciado de que habla el Após–
tol. Mas para c'reerlo asi, e:i;a necesario ver 'que fuese ge–
.neralmente bien recibida la sana doctrina. Qué se piensa
de un Predicador , quando en desempeño de su sagrado
ministerio combate las . supersticiones , los abusos, las
falsas devociones que reynan en el pueblo, pero que ce–
den en beneficio de algunos particulares_que tienen inte-
,
res