ENERO. DIA
f. ·
r
1
Ciertamente era
menester amar mucho
a
los hombres,
pa·
ra quererlos salvar
a
tanta costa.
O
mi buen Jesus
!
qu
é dolor,
<I,Ué
confus_ion es la mia,
por haber correspoJJdkto
t.anmal
hasta
aquí
a
una
ter·nui:a
tan
prodigiosa! Apenas h
abeis
nacido,
quando ya me rnos–
trais el
e~teso
de vuestro <tmor por
ra
efusion de vuestra
inocente sangre
i
y
veisme aqui
a
mí quizá eq el fin
de mis
d1as ,
qu~
habiendo
sido
tan grañ pecador , acaso no os he
correspondido con una sola lágrima. Pues
a
lo
m~nos,
Se–
ñor , dignaos de recibir
10'
que me restáre
de
vida , que
yo
os
la sacrifico
toda
desde este mismo. momento.
P U N TO S E G U N D O.
C
Onsidera, que es
cierto
que el.
Hijo
de Dios vino al
mundo para salvar
a
los hombres. Esto es así: pero
no es.
de
temer
a
vista de .nuestras cosmmbres , .que tam–
bien haya venido para perder ,
y
para condenar
a
mµchos~
No es cosa admirable, que cosmndo tanto
a
Jesu
Chri~to
el
ser nuestro Salvador, q'ueramos que nada nos cueste
·a.
no. otros el salvarnos?
A
él solo el nombre de Sal vador le
cuesta efusion de sangre ;
y
quántas lágrimas nos
ha
cos–
tado
a
nmotros
el
nombre '
y·
la realidad de pecadores
r
La apariencia, la sombra sola del pecado bastó para que
el Pad re Eterno no perdonase
al
~anto
de
los
Santos..
Y
estando nosotros manchados con tantas culpas ,. vivimos
como si no tuvierarnos que
temer~·
Aunque Jcsu-Christo
fue invariablemente el objeto de his complacencias de su
Padre., con wdo eso luego 'que consintió en parecer peca–
d.ar, con qué rigor le
trató~
y
<Lqué vida tan trabajosa
no~
se condenó él
mi smo~
Cosa extr aña
!
Nosotros somos ver–
daderamente pecadores ,
y.
en medio de eso qtieremos vi-'
vir entregados
a
la
delicadeza'
y
.a1 regalo. Quándo ha de,.
llegar el tiemp@.en que .nuestra penitencia corresponda
a
nuest ras
Cldlpas ·s ..
,.
·
No quiso
.sal1varn0~
nuestro .Salvador sino derramanflo·
sangre. Pues desengañémono.!\: , que tampor o 1ws salvaré–
mos jamás, sino haciendn penitencia. Formémonos. el sis-·
téma de conciencia que. se nas antojáre; nuestra Heüg-;on
nunca teridrá mas que un Moral,
y
una misma regla. Lo
Santos lltí) ltuviervó Otro·
Evan~ero ·que
nmotrós:
}!:
segui–
mos
n
0sot:ras.las· ¡nis1~'\S
máximas qu€.siguit!.t;on
elloS:~O~~
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