ENERO. DTA XVI. ·
férimut
:
S
qui
tibi digne ' ·
'dignamente , libranós de todos ·
méruit famu/ári
,.
ejur
inter-
l©s
pecados ,en atencion
a
SUS'
~edéntibu.r
mériti.r, ab ómni-
'
merecimientos. Por nuestro Se–
bu.r no.r ab.rólve peccáti.r, Per
ñor
J
esu-Cbristo• .
Dpminum nostrum.
La
Eplst~la
es
tlé]'
caP..
7!
.«e fa
¡¡;
San
P~blo ~ /~1
Hebreor.
...
J
r
-
e
.J
FRatre.r
:
Et J1ii .
quiaJm
plúre.r facti
'.tunt
Sac-er–
ilótet,
idcirco
quOd
mort~
p-ro–
hlberlntur p f rmariere.
Hic Jau–
tem eo quod
máneat
in
teléf'.:.
tJum
,
nmpité11num
·
habef
Sa–
'trdótium.
Unde
§6
.ralvare
in
perpétuum
pote.rt""edéhtes
per
.remetlp1um
ad Deum:
.rcmper viven.t ad interpellán–
ilum
pro
nobi.r. Ta/is enim
'1fcebat
ut
nobi.r
e.r.ret
Pónti–
fex
,
sanf1us
fnno
ns ,, . Ím–
pollfJtu.11,
.regregátur
' #
·pec–
t:atóribus .
e
excéltior
cadi.r
f
af11'r
:
Qui
non
habet -necer–
'sit
li,t
em
qu-0tfdie
, .
quemád–
-modum S acerdóter
,
S
•pr'iut
1ro
:tui.r
deli&is
hóstitu
ojfer–
re
,
deinde pro pópuli
:
hoc
~nim
fecit scmel selpsum ojj-'e-
rindo.
·
r
~ ¡:j'~
'){
•
' • ,
•
H
nrmahos
:i
Se
hicieron mtt-
'-1:-hos Sacerdotes (en la Ley)
porque la muerte los impedia
el
permanecer,. Pero
J
esu-Christo
· como permanece eternameate, tie..
ne un Sacerdocio tambfen 'eterno.
Por .eso puede salvar per.petua–
mente
a
Jos que por medio suy
se llegan a Dios;
y
esta siempre.
vivo para interceder por rnQsotros.
Porque era
conven,i~nte
1
. que
.tu;–
viesemos un
Pontífic~
co&· o éste.,
•
•
1
!
. '
'
1
santo, mnocenfe, sin mane a , se-
parado áe los pecadores , y mas
elevado que los cielos; que no tie–
ne necesidad, como los otros
Sa~
cerdotés, de'ofrecer todos los dias
sacrifici0s, primero por sus pro..
píos pecados , y despues por los
del pueblo. Porque esto lo hizo
una vez Jesu :-Christo nuestro
Se–
ñor ' .of:reciendose
a
sí mismo.
REFLEXIONES.
.
)
J
esu-Christo
,
como permanece eternamente
,
posee tam–
hien un eterno Sacerdocio.
Solo para negociarle
Ia
salud
e ercit6 Jesu-Christo el ministerio de su Sacerdocio. En
calidad de Sacerdote te enseña ,
y
es
tambien tu mode–
lo. El es tu ptimer Maestr0 en materia de Religion.
Hasta que vino al
n11mdo ·
Jesu- hristo no se habfa visto
un Doctor perfecto, cuyas doctrinas no se resintiesen de
la
flaqueza
e
intertidumbre de las luces humanas. Los .
mayores Sábios habian 1legado
a
conocer ciertas verda- ·
des ; pero como las mezclaban por otra
p~rte
,con erro–
res
y
delirios los mas
groseros ,
daban bien a conocer
que