ENERO• .DIA XII.
trecha amistad. Partieron jm1t-0s ; y todo
.el
tiem
p~
que
se
detuvieron en Roma , fue
~u:1
·continuado e,x.e1c1c10 &.e
las mas heroycas virtudes ·' que al fin le mereció la
gpt–
cia de dexar enteramente al mundo , para
ao peG\5a,r·
Il.1ªs
que en Dios. Escogió
el
Orde.n de
Sao
B~nito
,
qu.e
i!Jil–
tonces florecía con todo el vigor de su primitiN<l espíritu,
y se retiró al célebre Monasterio de
Leri~s
, )unto
a
las
costas de Provenza.
A
penas vistió Benito la Cogulla,
quand0 fue
uno de
los mas fervorosos y mas perfectos Monges
del
Monaste–
rio. Presto sirvió el.Novicio de modélo
á
los' mas ancia–
nos ; su fervor , su devocion , su morúficacion , y su
hu–
mildad eran admiradas como prodigios
de
todos .los
Re–
ligiosos. Acabado el tiempo del Noviciado, y hecha
la
profesion , se halló precisado
á
vol ver
a
Roma
tercer~
vez. Partió de Lerins con dolor universal de todos los
Monges; pero tenia en esto sus .designios
fa
divina pro–
videncia, que.riendo Dios que Benito conduxese
a
Ingla–
:terra el espíritu de la Religion que babia bebido en el
Mo–
nasterio de Lerins , y que fuese el restaurador de
la
dis–
ciplina Monástica -en aquel 'Rcyno• .Con
efe~to, aunqu~
deseaba mucho pasar toda su vida en aquella iCabeza
del
Orbe Christiano, donde todo quanto miraba, contribuía
el
nutrir mas su fer.v0r , y
a
ence
nder massu zelo ; apenas
llegó, quando le mandó
el
Papa
Vitalfa.noque volviese
él.
Inglaterra en compafíia
de
San Adri(Jn,
y deTeodoro , ArY"'
zobíspo de Contúrbel.
Conociendo eqtonoes nuestro Santo
Ja
~ocacfon
a
que
el
Señor le destlirnaba, y viendo elaramente estar desig–
nado por
la
divina providencia para trabajar en la con–
version de sus paisanos ; luego
.que
entró en Inglaterra
bus–
có un Monaste-rfo donde retirarse. Encontróle presto en
el de San Agustih de
.Con~µ.rbel,
del
f!Ual.
fue nombrad9
Abad ;
y
se conoció
{aciln~ente
el groo
poder que tiene
Ja
virtiuQ.
so~r.e
los oorazones,
q~ando
se
.dá
a,
coooccu
desde
la
primera Silla. Halló Benito relaxado
el
Manaste""'
rio ,
y
trató desde lueg-0
de
reformarJe , no con sus pala""
bras, sino con sus exeml'los.
Priesto .conociQ.., que titmen
mayor
ef\cacia
las abras , que
J.aspalabras.
S!
piedad ,
su
dulzura ,
y
su
obser-v.ancia regular hicieron ohs'ervabte
al
Monasterio. Supo ganar los
cor-azones,
cuidancle
de
no
.en~
J4
age-