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EXERCICIOS
Septiembre.
Tardó muy poco en ser comp·leto este gozo.,
por el nacimiento de aquel hijo fe1íz , que
vió
la
primera
lt1z
del mu ndo el año de
97
8 ; y
en
et
bautismo se le dió el nombre de E teban. No perdo–
naron los piadosos Duques
á
medio
ni
·á
diligencia
algun?-, p3.r a que el Príncipe fu ese educado - en
Jas mas santas máximas de- nuestra Relig ion , ni en
los mas tiernos
y
devotos afectos de las virtudes
chriscianas ; poniendo
igual
·esméro en bu carle
Maestros excelentes que le cultivasen el entendi–
miento, instruyendole en 1as ·letras y ciencias hu–
manas. Babia dotado el Cielo al tierno Príncipe
de tan bellas disposiciones para la virtud , conce–
diendole
u~
corazon tan noble, tan generoso
y
tan de recho, con un ingenio tan vivo, tan bri–
llante
y
al mismo tiempo tan dócil, que ·dexó
muy
poco ó nada que hacer
á
los cuidados de la edu–
cacion ;
y
fueron tan rápidos sus progresos eri las
ciencias
y
en la piedad, que ya en aquellos tier–
nos años _era reputa do por el Príncipe mas cabal
que se conocía en su si glo.
Fue su Maestro el mismo Sa n Adalberto , que
se
dedicó á formar aquel tiernecito corazon,
y
él
supo aprovecharse maravil losa mente de sus santas
instrucciones. Estas se reducian á las máximas pu–
ras del E va ngelio , de que Je daba leccion todos
los dias ,
_y
el niño E steban las tomó desde luego
tanto gusto. , que nunca su po despues acomodar–
se -con otras. Casi desde la cuna descubrió aque-
1Ja
tierna devocion
á
la Santísima Vin!en
gue
e
'
con el tiempo le movió
á
erigir en su honor tan..
tos
y
tan magníficos Templos. Sus .diversiones eran
la