DEVOTOS.
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netrando por ella con un Exército ·de doséientos
Di;:i IX.
mil
combatientes , pusieron sitio
á
la Imperial Cor-
te de ·Viena. Fue general Ja consternacion
d~
to-
dos ;
y
temiendo los pueblos caer en
las
bárbaras
manos de los Infieles, quedaron desiertas
las
Ciuda-
d~s ~
abandonandolas sus habitadores. Como
el
Em-
perador no ténia fuerzas suficientes para ·hacer re""
sistencia al Exército_Otománo, se vió precisado
á
retir arse de su Corte en compañia de
las
dos Em–
peratr íces ·, de los Archiduques
y
Archiduquesas,
tomando el camino de Lintz,
mien~ras
el Prínci-
pe Carlos
de
Lorena , temiendo ser cortado
y
en-
vuelto por Ja muchedumbre, se venía retirando
hasta cubrirse con el cañon de la Plaza. El dia
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de .Kgosto abrieron los Turcos la
trinchera por
el
lado de
la puerta Imperial,
y
se alojaron en
ella
á
pesar del vivo fuego que hadan los sitia-
dos. Apoderandose despues del Tabór , dexaron
cerrada
Ja
Ciudad por todas partes,
y
poniendo
fuego al Palacio de la Favoríta ,
quemaro~
las ca-
sas de campo
de
los Grandes, en el Arrabál de Leo-
polstad ,
y
se llenaron de Genízaros todo los pues-
tos exteriores. Sucedió
un
funesto accidente ,
que
añadiendo
mucho
orgullo
á
los sitiadores , des-
mayó
á
proporcion el aliento de los sitiados. Pren-
dió
e
' fuego en Ja Iglesia
de
los E scoceses ; consu-
mió en bre e tiempo aquel soberbio edificio,
y
g anando las llama el Ar enal, donde estaban Jos
A1ma
en
s de la pólvora
y
de las municiones , la
Ciud d
iba yá
á
caer en manos de Jos Turcos,
quando el mi mo dia de
la Aswicion , por una
vi ible
proc
ccion de la Santísima Virgen , se pa-
ró