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EXERCICIOS
Septiembr~:
!Q
absolutamente todos aquellos juegos , diver
io:..
1
nes ,
y
entretenimientos, que son
tan ordinarios
en aquella . tjerna edad
no r econo iendo otros
que el estudio
y
la oradon ; de man ra que quan–
do no se le
ncontraba en su qua reo, no babia
que buscarle en otra p.a r rn, que en omeodando–
se á
Dios
en la lgle ia. Por la pureza de su
os–
rumbres, por ·ser tara mode ia ;
y
por
una vida
que
·ya picaba eh austéra , todo
n aque)la flori–
da edad , que erra amente se llama
el
tiempo
y
Ja
sazon de
los
pasatiempos, era la admira ion ge–
neral de todo el pueblo,
y
resonaban
us elogios
en las éscuelas de Atenas.
.
,,
Faltaronle sus padres, estando aún en
la
flor
de su juventud,
y .
por su muerte se halló único
y
universal heredelo de su opulento patrimonio. Tu–
vo
p0co 'q1:1e hacer,
ni ·
en consu)tar , ni en resol..
ver el áeierto de
s
empleo. Tomó de de Juego
su
partido; · porque altamente impreso en su me–
moria,
y
-mas ·PrÓfúndament.e ·.gr.abado
en
su
cora~
zon ·: at:_¡uel 'consejo .de Jesu -Chii to aJ otro
~
jov.enqué
·.a
1
¡>Iraba
á
Ja,,
vida.
m~s
perfeéla.;
Ve, .vende
todo Ío
que tienes ,JI
repartelo
á
los pobres,
no se
detuvo ni un solo momento. Vendró , al punto todos
sus bienes ,
y
disrribuyó su 1valor entre los
·Jl
xesi–
tados ; accion generosa, ·inspirana del ma'" eleva–
do motivo,
que
ganandole elr corazon
á
Dio , le
colmó de los mas singulares favores, mereciendo–
le desde
luego el don de los mi lagros, con que
le honró el mi rno Señor. Ha llabase un dia de
fies·
ta
n la Iglesia,' quando un energúmeno
comen~
zó