DEVO TOS.
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que ninguna cosa era capáz de hacer mudar de pa-
Dia II.
recer
á
Bibiana.
Enfurecido Aproniano de verse vencido por
una
doncella joven, cuya perversion le parecía haberle
de conciliar la estirpacion del Emperador ;
y
resen–
tido de ver que empezaba
su
Gobierno .
y
su Pre–
feétura por un suceso que se imaginaba que 1e ha–
bía de deshonrar en el concepto del pueblo, el qual
no dexaria de echarle en cara
~lgun
dia la flaque–
za de haber sido vencido por una doncella, mandó
que atarán á la Santa
á
una columna ,
y
que los
verdugos la azo.tasen con disciplinas armadas de plo..
mo , hasta que espiráse. Se executó este orden con
toda la crueldad imaginable; por cada llaga corrian
arroyos de sangre ,
y
los pedazos de carne saltaban
y
caían de todas partes ; los·mas bárbaros y mas
inhumanos se horrorizaban al ver esta carnicería.
Sola la Santa estuvo siempre inmóbil con los ojos
fi–
x0s en el Cielo,
y
con un rostro risueño , sin que su
mansedumbre se alteráse jamás .. Por último, despe–
dazado su cuerpo, y agotado de·sangre
y
de fuerzas,
dexó libre á aquella alma pura, la qual vqló al seno
de su Divino Esposo, para recibir de su mano dos
coronas ,
la
de Virgen , y la de Mártir.
Su cuerpo fue arrojado al campo para que fuese
pasto
de las
bestias ; pero no hubo una que le to–
cáse en los dos
dias que
estuvo expuesto; despues de
los quales un Santo Presbítero, llamado J uan, se le
llevó de noche , y le enterró junto al de su madre
Santa Dafrósia,
y
al de su hermana Santa Demétria,
cerca del palacio de Licinio. Este sitio fue muy res–
petable desde este tiempo entre los Christianos, los
qua-