DEVOTOS.
Dia XV!.
RE FLEX1ONE S.
S
iendo las riquezas beneficio del Señor, ningunos
debieran servir
á
Dios con mayor reconocimien- ..
to ni con mas fidelidad que los ricos. Siempre ha–
bía de triunfiar la virtud enmedio de la abundan–
cia ; el que tiene mas medios para santificarse, había
de ser mas santo. Pero su.cede rodo lo contrario ;
m>
suelen ser los mas,Christianos los mas ricos1y.los mas
aco;nodados. La opulencia exime de las miserias de
la tierra ; ¡peco exime por ventura
de
las Leyes del
Evangelio! ¡El
que
ha logrado mas bienes de for–
tuna que otrqs, goza por es@ de algun privilegio pa–
ra ser menos .aju5o1ado ., menos piadosGJ que los de–
más
1
pregunta,
.á
la
verd~d
, disonante y ©fensiva;
¡pem no hay sobrados ,motivos para hacerla! La li–
cencia de costumbres, cierta libertad en el cor
azoll.
y
en
~L ~otendimiento
, ·que se acerca mucho
á
una
especie de .indigion ; aquella condufü poco chris–
tiana que se observa
en
la
mayor parte de los que
se llaman ricos, grandes y dichosos del siglo , ¡ no
da bastante motivo para preguntar si\ los nobles , si
las señoras, ,si los ricos logran algun privilegio quo
los dispense en la severidad de la Ley Christiana ' ¡si
la
desigualdad de fortunas supone a!guna diversidaol
6
alguna esencion de los Mandamientos en los que
profesan una misma Religion
!
¡Pero quién podr' du- .
dar que estas leyes son universales, sino el que ig–
nore los primeros principios del Christianísmo
1
No
hay mas que un Evangelio ; no puede haber mas que
un Moral ; son invariables las máximas
de
Jcsu-Chris-
to;