DEVOTOS.
e
licencia de los Superiores par,1 retirarse
á
la Aba- Dia Xlll.
día de Santa Cruz de Coimlm. Luego que se vió
en aquella dulce soledad, olvidanJo al munJo
y á
todo lo que en
el
amaba, se entregó
á
Dios ente-
ramente. Distribuyó todo el tiempo en la oracion,
'en la !cccion de la Sagrada EscrituFa,
y
en el estu-
dio de los Santos Padres, acabando de perfeccionar,
aquel inocente corazon
la
contemplacion y la peni-
'tencia. Tomó Dios de su cuenta el magisterio de Fer-
nando, instruyenJole en la oracion ; y descollando
su merito
á
pesar de su humildad ' desde entonces
le
reconocieron todos por uno de aquellos prodigios
de virtud que envia Dios
á
su Iglesia , haciendolos
desear por muchos siglos.
. Ocho ó nueve años habia empleado nuestro San–
to en estos fervorosos exercicios quando Jlrgaron
á
Coimbra los cuerpos de cinco Religosos
del
Será–
fico Padre San Francisco, que habiendo pasado á
Mmuecos
á
predicar la Fe de Jesu-Christo
á
•guellos
Mahometanos., recibieron en premio la g
1
oriosa co–
rona del martirio. Inflamóse el zelo de nuestro Fer–
nando
á
vista de ·aquellos •ilustres Mártires,
y
se en–
cendió en su corazon un ardentísimo deseo de der-.
ramar á su imitacion toda
la
sangre por amor de
Jesu-Christo.
· Al cteseo del Martirio se siguió .como natural–
'mente
el
de trasladarse
á
una Religion, que ya dab1
Mártires desde su misma cuna. Sobresaltó esta pro–
posicion
á
los Canónigos Reglares ; pero
al
fin todo
•Jo venció la constancia de Fernando. Tomó
el
hábito
de
San Francisco
el
aí10
de
122
¡ ;
y no faltó quien
contó esta mudanza entre
un.o
de los mayores mila·
Q
gros