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SANTISIMA VIRGEN.
.
-335
que compuso de 6rden
y
con
la
aprobacion del Papa
Leon X.
y
de Clemente VII.
en
los
qual~
ice que la
Santísima Virgen fue criada en estado de gracia,
y
que
en aquel primer instante en que todos los hombres son
hijos de ira, María fue
yá
el
objeto de las delicias
y
complacencias de Dios.
A
un que no
t
ngamos por ecuménico al Concilio
de Ba íl
~a ;
sin embargo,. no puede menos de ser de
un gra n peso
el
consentimiento de los Prelados
y
D oétores que se hallaron en
él ,
dice
el
sábio Padre
Vicerote Antiste , del Orden de Predicad res ;
a
lo
menos hace vér qual era su modo de pensar por
lo
to–
cante
a
la inmaculada Concepcion de Ja Santísima
Virgen; pues en la Sesion
36.
formaron un Decreto,
en que se prohibe
s6
pena
de
incurrir
la
indignacion
del
Cielo , el defender la opinion contraria.
Finalmente , los Padres del San to Concilio de ·
Trento declararon, que en el D ecreto que hicieron pa.
ra exp resar la fé de
la
I glesia po r
Jo
que mira
al
peca-
. d o original ' no pretend ian comprehender
a
la
inmacu–
lada
y
bienaven urada Madre de Dios.
No
habiendo,
pues , querido el Santo Concilio
~onfundirla
con los
demás hombres en la ley general del pecado, t,quién
será tan temerariCl ,
que
la envuelva en
ella~
El mis–
mo Concilio, mandando que se observasen
las
C0ns–
tituciones de Sixto IV. baxo las penas enunciadas en
dichas Con tituciones , crey6 haberse explicado bas–
tante sobre este artículo, sin que fuese necesario hacer
~obre
él un Decreto mas expreso.
.
E n la Adicional tratado del erudito Padre Antis–
te , que yá hemos citado , pretende el Autor que
el
segundo Concilio Niceno,
el
segundo de T oledo,
el
sex-