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EXERCICIOS
MARTES
Angeles, de un cuerpo aparente
ó
prestado.
El
Sal–
v.ador, que nada de esto ignoraba , los sosegó con
una bondad
y
con una afabilidad extraordinaria:
No
temais, hijos mios, les dixo, no os abandonéis
á
esos
pensamientos que os turban
y
aumentan vuestro ter..
ror :
Quid turbáti estis,
&
cogitatiónes ascéndunt in
corda vestra?
Vosotros no podeis comprehender co–
rno
un
cuerpo pueda entrar en una sala cerrada las.
puertas;
y
os imaginais no ver en mí sino un espíritu;
y
así temeis .que haya en esto alguna ilusion,
y
algun
engaño; pero sosegad vuestros temores, hijos mios,
que
yo soy vuestro Salvador, vuestro Maestro, vues·
tro Padre ; este.cuerpo, que veis , no es cuerpo fan–
tá¿tico
ó
extraño; es el mismo cuerpo que fue enola–
.'t'ado en la
Cruz;
mirad todavía en mis manos
y
en
mis pies las cicatrices de los clavos ; no os fiéis
de
solos vuestros ojos ; alargad la mano , tocad este
cuerpo,
y
convenceos que en esto no hay fascinacion
en vuestros ojos ; que lo que veis , no es un ayre
configurado en un cuerpo , sino que es
un
cuerpo
palpable, un cuerpo real, que es mi propio cuer·
po compuesto de carne
y
de huesos , lo que un es–
pÍritu no puede tene
li
contrahacer. Despues de lo
'lual , levantando· lo baxo de su túnica , les mostró
sus pies y sus manos. Es de creer , que los Após–
toles ,
y
Discípulos tocaron efeélivamente con sus
manos el cuerpo de
J
esu-Christo.
El
pecado de San·
to
Tomás ,.dke un Sabio Intérprete, no fue haber
creído de.spues
de
haber visto, sino no haber que ..
rido.creer si !no
.v.da1,
y no haberse rendido al
res·
timonio
de
todos los Discípulos. Aunque estaban
llenos de gozo ,
~·º
creían aún, dice el Evangelio,
~
t
y