EXE RCIC 10$
DoM1NGO cen
.los Prore'.tas; resuenen
por
todó el
mundo
en
este dia afortunado los gritos
y
cánticos de gozo,
pa·
ra celebrar Qn triunfo , que debe hacernos
á
todos _
dichosos:
No!i timére
terra
,
exúlta
,
&
l1eta"re
(
1).
La muerte es vencida , el infierno dexa escapar sus
mas ilustres cautivos; la tierra
ant~s
del tiempo de
la
restitucion general, se ve forzada
á
volverles
á
mu–
chos SantQs
l<?~
desr.oJ?sde sus qaerpos , para hon–
t'ar
la
pompa de su v1éloria.·
EÍ
Cielo envia sus An–
geles
á
anu9cj~~
á
t~q9s
lps
i;Jel.e~}a
gl9riosa
y
triun–
fante Resúreccion de su Redéntor; los Apóstoles
salen en
fin
de las tinieblas de su ignorancia
y
de su
incredu_l.idad,,
~ pará
reconocer
y
a<lórat
la
divinidad
de su Salvador , '
á
qµíen ven
en
este dia viétorioso
de
la
mismá muerte.
· -
·
1
~
-
Todo el Christianísmo está fundado sobre
la
creencia de este misterio. , todo estríva sobre esta
verdad fundamental:
'Si
Christiu
noni'esttrréxit
(di–
ce San
Pablo),
'inánis
1
est prtedicátio nostra·,
ittánis
.
est
&
fi;ies vestra:
Si Jesu-Christo no ha resucitado,
en
vano mé ·canso en predicaros,
y
en vano creeis
lo-que
os predicamos. Si Jesu-Christo no ha re–
sUéi'taoo (dicen los Pudres·) ,
1
to~as
sus promesas
sen
vanas , ' toda nuestra esperanza se seca
y
se
cae; nuestra
fe
sé
d~svanece
y
se apaga. Aunque la
dtv1nidad
1
_de
J
esu-Christo hubiese sido suficiente–
m~'rlte :esta~l€dtla
;
ya
por :lasl obras ·sobrenatura–
les ·
qu~·
babia
ifiedio
'.en
el
'ais.eut-sb
1
4e
sl'.l vida
nior•
ta1
~!
ya
por los Oráculos
de
lbs ·Proforas
que
se re·
ferian todos tan exaél:amente
á las
di versas circuns-
tan-
(1)
Joel.
2 .